Una visita de tres días a Beijing por parte de seis legisladores opositores de la República de Corea ha profundizado la división política en el país sobre el despliegue de un sistema de defensa antimisiles estadounidense.
China y Rusia se oponen al planeado despliegue del sistema antimisiles estadounidense THAAD en la península coreana porque pone en riesgo su seguridad nacional y desafía el equilibrio estratégico de la región.
Lo que realmente necesita Corea del Sur para garantizar su seguridad nacional es una vecindad amistosa, más que el sistema estadounidense Defensa Terminal de Area a Gran Altitud (THAAD, siglas en inglés), que va en detrimento de los intereses de los países de la zona como China.
El despliegue del controvertido sistema antimisiles THAAD en la península coreana está incrementando las preocupaciones en la vecina China, donde han surgido preocupaciones de que se esté gestando una nueva Guerra Fría.
La insistencia de Estados Unidos en desplegar su sistema antimisiles avanzado Defensa Terminal de Area a Alta Altitud (THAAD, siglas en inglés) en Corea del Sur representa una invitación a una nueva guerra fría, opinaron expertos egipcios.
Al desplegar el sistema antimisiles THAAD en la República de Corea, Washington no sólo logra la alineación de Seúl sino que también presenta la posibilidad de una nueva Guerra Fría en el noreste de Asia, en detrimento de la paz y estabilidad regionales.
Corea del Sur debería de dejar de jugar con fuego con el despliegue en su propio suelo de un sistema antimisiles de Estados Unidos, ya que con esa decisión no solo se autoaislará, sino que también socavará la estabilidad de la región.
Si Seúl piensa que el escudo antimisiles de Washington le ayudará a disuadir con eficacia las amenazas que plantea Pyongyang, está cometiendo un error estratégico.
Una nueva guerra fría se cierne sobre el noreste de Asia debido a la insistencia de Estados Unidos en el despliegue de un sistema de defensa antimisiles en la República de Corea, un acto provocador que podría dividir aún más la región, desencadenar una nueva carrera armamenística y aniquilar las esperanzas de desnuclearizar la Península de Corea.