Por Ahmed Shafiq y Emad al-Azraq
EL CAIRO, 2 ago (Xinhua) -- La insistencia de Estados Unidos en desplegar su sistema antimisiles avanzado Defensa Terminal de Area a Alta Altitud (THAAD, siglas en inglés) en Corea del Sur representa una invitación a una nueva guerra fría, opinaron expertos egipcios.
Una maniobra de este tipo por parte de EEUU busca sembrar cizaña y agitación en Rusia y China, en un esfuerzo por mantener su dominio sobre el mundo, de acuerdo con los expertos.
"La insistencia de Estados Unidos en desplegar un escudo antimisiles en el noreste de Asia, en especial en Corea del Sur, implica el comienzo de una nueva guerra fría", comentó a Xinhua el antiguo viceministro de Exteriores egipcio Ahmed al-Ghamrawi.
El ex alto funcionario añadió que está claro que hay un intento de rodear a China y a Rusia a través del despliegue de bases antimisiles de alta tecnología alrededor de los dos países.
"Los líderes estadounidenses creen que esos dos países plantean amenazas económicas, políticas y militares para EEUU en particular y para Occidente en general, por eso han decidido hacer este movimiento", argumentó.
Al-Ghamrawi señaló que Estados Unidos ha empezado a darse cuenta del declive de su dominio, su fortaleza y su economía, al tiempo que los roles chino y ruso están creciendo. Ello ha llevado a Washington a moverse rápidamente para sembrar cizaña en la cara de Beijing y Moscú.
A comienzos de julio, Seúl y Washington anunciaron el acuerdo para instalar una batería del THAAD en el condado de Seongju, a unos 250 kilómetros al sureste de la capital, a finales del año próximo, como una medida dirigida a lidiar con las amenazas de misiles y armas nucleares impuestas por la República Popular Democrática de Corea (RPDC).
El sistema antimisiles THAAD es un producto de la empresa de defensa estadounidense Lockheed Martin, y está diseñado para derribar misiles balísticos de alcance corto y medio en su fase terminal.
El THAAD está compuesto de seis lanzadores móviles, 48 misiles interceptadores y un sistema de radar y control de fuego, valorado en unos 1.300 millones de dólares estadounidenses.
El despliegue del sistema avanzado de defensa antimisiles en Corea del Sur es solamente una parte del esquema global antimisiles de Washington.
China ha expresado su enérgica desaprobación y firme rechazo al despliegue del THAAD en el territorio surcoreano, dado que daña los intereses de seguridad de China y rompe el equilibrio estratégico en la región, mientras que Rusia advirtió de una respuesta militar mediante el despliegue de una unidad de misiles en la región del Lejano Oriente.
Actualmente, Washington no busca entablar una confrontación directa con China y Rusia, dijo al-Ghamrawi, y, por ello, EEUU presiona a sus aliados para desempeñar este papel a través del despliegue del sistema THAAD en Corea del Sur y de la incitación a Filipinas y Indonesia para que aticen la crisis del Mar Meridional de China, añadió.
Por su parte, Saeed Lawendy, experto egipcio en relaciones internacionales en el Centro Al Ahram para los Estudios Políticos y Estratégicos, indicó a Xinhua que ahora mismo está acechando una nueva guerra fría sobre el noreste de Asia.
"Es una guerra fría, pero no de la misma ferocidad como la de los años cincuenta y sesenta del siglo pasado", aseveró Lawendy, quien explicó que EEUU utiliza a los países de la región como agentes para que confronten con China y Rusia.
Lawendy advirtió de que las acciones de EEUU en el noreste de Asia bloquearán los intentos regionales de contener las tensiones con la RPDC.
"Tales acciones podrían conducir a los países de la región a buscar soluciones militares, lo que supone una amenaza peligrosa para toda la región", vaticinó.