Imagen del 7 de septiembre de 2017 de Brenda Lira, de 40 años de edad, trabajadora del azúcar mostrando sus pies decolorados debido al uso de agentes químicos en las plantaciones, en Chichigalpa, Nicaragua. Las botas de caucho que la compañía le entrega no sirven para protegerla del agua infectada por el uso de estos productos. Ella es la viuda de Felix Hernández, también cortador de caña, quien murió a la edad de 33 años, debido a la enfermedad que colapsó sus riñones. En Nicaragua y El Salvador, la tasa de mortalidad de enfermedades del riñón está entre las más altas del mundo. Se estima que al menos 20,000 personas han muerto de Insuficiencia Renal Crónica (IRC) en centroamérica solamente en los últimos 20 años y muchos son trabajadores de caña de azúcar a lo largo de la costa del Pacífico. En la municipalidad de Chichigalpa, la enfermedad es causante de casí la mitad de las muertes masculinas en la última década. (Xinhua/Alvaro Fuente/NurPhoto/zReportage/ZUMAPRESS)