Imagen del 7 de septiembre de 2017 de Cristino Osorio (d-frente), de 43 años de edad, reaccionando por el dolor en su hogar en Chichigalpa, Nicaragua. El comenzó a trabajar como cortador de caña en el molino de azúcar en el año de 1993 y fue despedido cuando se enteraron que el padecía Insuficiencia Renal Crónica (IRC), en el año 2000. Desde entonces ha estado tomando hemodiálisis tres veces a la semana. En Nicaragua y El Salvador, la tasa de mortalidad de enfermedades del riñón está entre las más altas del mundo. Se estima que al menos 20,000 personas han muerto de Insuficiencia Renal Crónica (IRC) en centroamérica solamente en los últimos 20 años y muchos son trabajadores de caña de azúcar a lo largo de la costa del Pacífico. En la municipalidad de Chichigalpa, la enfermedad es causante de casí la mitad de las muertes masculinas en la última década. (Xinhua/Alvaro Fuente/NurPhoto/zReportage/ZUMAPRESS)