Imagen del 7 de septiembre de 2017 de José Antonio Altamirano, de 16 años, mostrando fotografías de su padre en su hogar en Chichigalpa, Nicaragua. Su padre era cortador de caña de azúcar, y murió a la edad de 42 años, después de trabajar para la compañía por 22 años. Su madre, Angela Guevara, también tiene la enfermedad. En Nicaragua y El Salvador, la tasa de mortalidad de enfermedades del riñón está entre las más altas del mundo. Se estima que al menos 20,000 personas han muerto de Insuficiencia Renal Crónica (IRC) en centroamérica solamente en los últimos 20 años y muchos son trabajadores de caña de azúcar a lo largo de la costa del Pacífico. En la municipalidad de Chichigalpa, la enfermedad es causante de casí la mitad de las muertes masculinas en la última década. (Xinhua/Alvaro Fuente/NurPhoto/zReportage/ZUMAPRESS)