SAN SALVADOR, 28 feb (Xinhua) -- Las elecciones municipales y legislativas previstas para este 1 de marzo en El Salvador serán el primer termómetro para la izquierda que gobierna por un segundo mandato en este país centroamericano.

El Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) aspira a recuperar el gobierno de la capital, que desde hace seis años está en manos de su principal opositor Alianza Republicana Nacionalista (Arena).

El candidato del Frente, un joven empresario de ascendencia palestina, Nayib Bukele, dista de las figuras clásicas de la izquierda militante que protagonizó la guerra civil entre 1980 y 1992.

Bukele fue alcalde de un municipio pequeño llamado Nuevo Cuscatlán e ideó proyectos de cobertura social en esta localidad que acabaron mejorando los servicios de acueductos, educación y seguridad en la zona.

Mientras que Arena propone al empresario textil Edwin Zamora como el rostro que sucederá al actual alcalde y ex candidato presidencial de la derecha, Norman Quijano.

En opinión del rector de la Universidad Centroamericana, Andreu Oliva, la derecha salvadoreña está en la encrucijada de si seguirá protagonizando el mapa político.

"El partido Arena ha tenido muy poca capacidad de actualizarse o renovarse pese a las anteriores derrotas electorales. No hizo una renovación fundamental, sino que fue cosmética", criticó Oliva.

Pero las elecciones legislativas y municipales están marcadas por una suerte de diversos personajes que abarcan militares en retiro hasta atletas y ex periodistas.

La candidatura a diputado por Arena del general Orlando Zepeda es una de las propuestas más polémicas en el ámbito político porque el militar está en la lista de acusados que conspiraron para asesinar a seis sacerdotes jesuitas en 1989.

La Audiencia Nacional de España, que lleva la causa contra una veintena de militares salvadoreños, investiga a Zepeda porque fue viceministro de Defensa durante la masacre.

Asimismo, una de las organizaciones más conservadoras del país, el Partido de Conciliación Nacional (PCN), lleva curiosamente los rostros más novedosos porque incluyó en sus filas a personajes como una madre que huyó a Estados Unidos luego que su hija fuera ultrajada y asesinada cuando estuvo al cuido de su padre.

Hilda Jiménez es la madre de la niña Katya Miranda, cuyo asesinato se convirtió en el símbolo contra el abuso infantil, busca un escaño en la Asamblea Legislativa unicameral de El Salvador enarbolando su propio testimonio en busca de justicia.

El PCN también promueve a la estrella del atletismo en la modalidad de marcha, la medallista panamericana Cristina López, quien se ha comprometido a trabajar para dignificar las condiciones de los atletas nacionales.

En otro escenario, el partido Gran Alianza por la Unidad Nacional (Gana), que se perfila como tercera fuerza política, echó mano de periodistas de televisión para completar sus figuras a diputados. Entre ellos está Erwin Ortiz, quien sirvió en el cuerpo diplomático en las legaciones de Australia, México y Nicaragua.

Pero al margen de la variedad de candidatos, las elecciones están marcadas por el fenómeno de la inseguridad pública que incluso afectó el desarrollo de una campaña política libre.

En municipios como Soyapango, Ilopango, Mejicanos, Cuscatancingo y Apopa, ubicados en el extrarradio de la capital, el poder de las pandillas Mara Salvatrucha (MS-13) y de la 18 impidió el libre proselitismo.

Un total de 4.911.672 salvadoreños están habilitados para votar en los comicios municipales y legislativos este próximo domingo 1 de marzo.

El Salvador elegirá a 262 alcaldes, 84 diputados a la Asamblea Legislativa y 20 diputados nacionales al Parlamento Centroamericano.