BEIJING, 6 jul (Xinhua) -- El arbitraje promovido por Filipinas sobre el asunto del Mar Meridional de China no es más que una farsa política bajo pretextos "legales" destinada a simular "una nueva realidad" que provoque principios de ley y orden internacionales, dice un artículo publicado en una reconocida revista quincenal china.
El artículo, que apareció en la edición más reciente de la revista quincenal "Qiushi", dice que se cree que el arbitraje pondrá en riesgo los fundamentos de la ley y orden internacionales existentes al desafiar el respeto básico a la soberanía, integridad territorial y decisión voluntaria de los Estados soberanos, porque busca jurisdicción marítima que invalide la soberanía nacional y otras leyes internacionales.
China rechaza el arbitraje porque no se ajusta a la ley internacional, dice el artículo de la revista, que es una de las publicaciones del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh).
El comentario de la revista fue publicado antes del fallo que emitirá el 12 de julio un tribunal de arbitraje, y reitera la postura del gobierno chino de no aceptación y no participación en el arbitraje.
También reitera la insistencia china sobre su soberanía y derechos en el Mar Meridional de China con base en los hechos históricos y principios legales.
Filipinas emprendió unilateralmente los procedimientos de arbitraje obligatorio del Tribunal Internacional del Derecho del Mar (Itlos, por sus siglas en inglés) en enero de 2013, lo que dio pie a un tribunal de arbitraje de cinco miembros presidido por un ex diplomático japonés.
Sin embargo, la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Unclos, por sus siglas en inglés) obliga a la solución pacífica de las disputas en una salida acordada de opción voluntaria, y alienta la comparación de notas sobre diferencias acerca de su aplicación antes de buscar la intervención de una tercera parte.
Además, el tribunal no tiene ninguna jurisdicción sobre reclamos territoriales y permite las delimitaciones, incluida la demarcación marítima.
El artículo de la revista critica al tribunal de arbitraje por sobrepasar su jurisdicción y abusar de la convención del mar de la ONU para considerar la solicitud filipina.
El tribunal ha decidido ignorar la obligación de Manila de una solución negociada bajo acuerdos bilaterales y la Declaración de 2002 sobre la Conducta de las Partes en el Mar Meridional de China por parte de China y de todos los miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean), y desafiar las delimitaciones que China ha hecho a la convención del mar de la ONU.
Las acciones constituyen una anulación de facto a los derechos de elección propia de los miembros y a las delimitaciones hechas hasta el momento por cerca de 30 miembros, lo que socava la integridad del mecanismo de solución de disputas de la convención.
Y lo que es peor, va más allá de la jurisdicción de la convención. Alimenta las demandas territoriales ilegales de Manila bajo pretextos técnicos, con lo que intenta negar la soberanía de China a través de interpretaciones distorsionadas de la convención, en una forma de la que no puede sentirse orgullosa, agrega el texto.
El artículo también denuncia la conducta inapropiada del tribunal de arbitraje de determinar los hechos y la aplicación de la ley.
El tribunal ha malinterpretado de forma deliberada el documento de posición de China sobre el arbitraje al sacar citas fuera de contexto, agrega el artículo.
Sobre la solución de disputas y la fuerza legalmente obligatoria de los acuerdos correspondientes, el tribunal reduce las lecturas a un solo documento y citas precedentes judiciales sumamente discutibles en favor en lugar de otros más, con el fin de llegar a una conclusión en la que China y Filipinas no descarten la intervención de una tercera parte.
Acerca del estatus legal de los arrecifes involucrados, el tribunal opta por discriminarlos de un contexto macrogeográfico en desafío a la insistencia de China de considerar a las Islas Nansha como un todo, indica el artículo.
Al determinar que las solicitudes de Manila no tienen nada que ver con el reclamo territorial y la demarcación marítima, el tribunal usó consultas bilaterales relacionadas para justificar el inicio filipino del arbitraje.
El artículo de "Qiushi" también destaca cambios sospechosos en la postura básica de figuras clave en el arbitraje. Por ejemplo, el profesor Alfred Soons de Holanda, un defensor de mucho tiempo del estatus legal de los arrecifes como una parte inextricable de la demarcación marítima, ahora apoya su desconexión después de participar como árbitro, y se cree que argumentará en favor de la jurisdicción del tribunal y de la evasión mal intencionada de Filipinas de la delimitación de China.
Sobre la justicia procesal, el artículo explica la oposición de China a que la presidencial del tribunal sea ocupada por el ex diplomático japonés Shunji Yanai. También se opuso a la representación geográfica y a los antecedentes culturales de los cinco árbitros porque no garantizan un juicio imparcial.
Lo que ha hecho el tribunal de arbitraje es contrario al principio internacional de solución pacífica de las disputas, y ha funcionado para agravar las disputas y desestabilizar la situación en el Mar Meridional de China, agrega el artículo.