Por Raúl Menchaca
LA HABANA, 30 may (Xinhua) -- Cuba, que depende del combustible fósil, trata de cambiar su matriz energética y para eso pretende aprovechar la luz solar con la construcción este año de varios parques fotovoltaicos, revelaron fuentes académicas.
El doctor en Ciencias Daniel Stolik Novygrod, profesor de la Facultad de Física y del Instituto de Materiales y Reactivos de la Universidad de La Habana, dijo que el objetivo es incrementar progresivamente ese método en la matriz energética cubana para disminuir el uso de los combustibles fósiles.
Como parte de la política aprobada en junio pasado por el Consejo de Ministros para ampliar y desarrollar las fuentes de energía renovables, este año se deben construir parques fotovoltaicos en varias provincias, con lo cual se elevará la capacidad instalada en el país a 45 MegaWatt (MW).
El académico significó que el propósito es alcanzar los 700 MW en el 2025, por lo cual se continúan realizando estudios para un mejor aprovechamiento de los rayos solares y las tecnologías que se emplearán en esas instalaciones.
Stolik Novygrod, quien participó esta semana la VIII Conferencia Internacional de Energía Renovable, Ahorro de Energía y Educación Energética (CIER-2015), que tuvo lugar en La Habana, afirmó que la economía cubana necesita bajar el costo del kilowatt-hora (Kw) que se entrega a los clientes finales.
El valor promedio del impacto del Sol en la isla es de 1.400 Kw por metro cuadrado, lo que abre grandes posibilidades de generación.
El empleo de la energía solar fotovoltaica para la generación de energía ha crecido internacionalmente en más de un 40 por ciento en los últimos 15 años y hoy ronda los 184.000 MW instalados.
China, Alemania, Japón, Italia y Estados Unidos son los principales usuarios de esa tecnología.
Cuba tiene en la provincia de Pinar del Río, en el extremo oeste de la isla, una planta de paneles fotovoltaicos cuya producción se destina mayoritariamente a la estatal Unión Eléctrica, para respaldar la instalación de parques fotovoltaicos en varios puntos de la isla.
También paneles salidos de esa industria también se han utilizado en otro momento en la electrificación de escuelas rurales, puestos de guardabosques, instalaciones pesqueras en el mar, e incluso se han exportado.
Hace unos meses, el presidente de la Sociedad Cubana para la Promoción de las Fuentes Renovables de Energías y el Respeto Ambiental (CUBASOLAR), el doctor Luis Bérriz, citado por la Agencia de Información Nacional, dijo que la isla puede ser una potencia en el empleo de ese tipo de energías.
En un artículo publicado en la revista "Energía y tú", una publicación trimestral de divulgación científica editada por CUBASOLAR, Bérriz calificó de imposible la concepción de programa de desarrollo sostenible, sin tener en cuenta la aplicación de las Fuentes Renovables de Energía (FRE), "por existir una unidad indisoluble entre el medioambiente y el desarrollo".
"La radiación solar mantiene el equilibrio térmico, permite la vida en el planeta y está a disposición de todos los pueblos del mundo", apuntó el especialista.
Bérriz puso como ejemplo el caso del territorio cubano, que, dijo, recibe 1.800 veces más irradiación que toda la producida por el petróleo consumido por sus respectivos sectores industriales, residenciales y de servicios a la población.
De acuerdo con cifras del ministerio de Energía y Minas, en la isla hay 34.000 diferentes instalaciones que emplean fuentes renovable como calentadores y paneles solares, molinos de viento, plantas de biogás, hornos de producción de ladrillos con biomasa forestal, hidroeléctricas, turbo generadores, calderas y máquinas de parques eólicos.
A raíz de la crisis energética de 2004 y 2005, el gobierno cubano priorizó el uso y desarrollo de las fuentes renovables para la producción de electricidad y el ahorro de combustibles fósiles.
En el planeta donde se estima que más de 1.000 millones de personas aún no tienen acceso a los servicios energéticos, las FRE emergen como la solución más viable.
A finales de 2012, esas fuentes de energía cubrían más del 26 por ciento de la capacidad de generación de energía mundial, y el 21,7 por ciento de la capacidad de generación de electricidad global.