WASHINGTON, 1 may (Xinhua) -- Los disturbios en la ciudad estadounidense de Baltimore, Maryland, son sólo el más reciente caso de las tensiones de mucho tiempo entre los afroamericanos y las fuerzas de la policía que ponen de manifiesto uno de los principales problemas sociales de muchas ciudades de Estados Unidos.
A principios de este mes, el joven afroamericano Freddie Gray, de 25 años de edad, fue arrestado en Baltimore por presuntamente huir de los oficiales. Gray fue metido en una camioneta de la policía y durante el trayecto ocurrió algo que llevó a los oficiales a solicitar ayuda médica. A su llegada a la estación, Gray no podría respirar ni hablar. Tras ser hospitalizado, el joven murió una semana más tarde.
Los disturbios estallaron a principios de esta semana, justo después del funeral de Gray, y las tropas de la guardia nacional del estado fueron llamadas para restablecer el orden después de que algunas personas saquearon tiendas, incendiaron edificios y participaron en el caos criminal, incluyendo los enfrentamientos con la policía en los que jóvenes alborotadores arrojaron piedras a los oficiales.
Las protestas se han propagado a varias ciudades del país, aunque la mayoría han sido pacíficas.
Los medios se han estado preguntando si Gray recibió un "paseo tosco", una técnica ilegal de la policía en la que el sospechoso no va sujeto en un vehículo policial y el conductor acelera, frena de golpe y dobla abruptamente en las esquinas en un intento por herir al sospechoso, dado que el pasajero no sujetado puede golpearse la cabeza contra las ventanas, puertas y partes interiores del auto o camioneta.
La violencia en Baltimore resalta una tendencia en la que muchos afroamericanos creen que su raza los ha convertido en objetivos de la policía.
Las estadísticas no respaldan la afirmación de que hay un racismo institucionalizado por parte de las fuerzas de la policía metropolitana de Estados Unidos. Los asesinatos de afromericanos por parte de la policía han bajado 70 por ciento en los últimos 50 años y la policía mató con armas a 123 personas de raza negra en el país en 2012, pero mató a 326 blancos con armas ese año, según el Centro sobre Justicia Juvenil y Penal.
En el caso de Baltimore, la alcaldesa, la mayoría de los integrantes del consejo de la ciudad y la mitad de la fuerza policial son afroamericanos.
Sin embargo, la percepción de victimización por parte de la policía es palpable en muchas comunidades afroamericanas del país y los expertos indican que ciertas políticas refuerzan esta percepción.
"Es un punto de vista sostenido por muchos, ya sean funcionarios de la Naacp (un grupo de defensa de los derechos de los afroestadounidenses), maestros, clérigos, escritores, presentadores de programas de radio, funcionarios o candidatos", dijo a Xinhua el director el proyecto sobre justicia penal del Instituto Cato, Tim Lynch.
Por ejemplo, la política de "detención y revisión" da a la policía de algunas ciudades el derecho de detener a cualquier persona sospechosa en la calle y de revisarla con las manos en busca de armas y parafernalia ilegal. Los críticos indican que tales políticas no son ejercidas con los blancos ni en los suburbios acomodados, sino que más bien se realizan principalmente en los barrios afroamericanos de bajos ingresos.
Lynch dijo que ha habido más atención de los medios a tales temas desde los disturbios ocurridos el verano pasado en la ciudad de Ferguson, Estados Unidos, que iniciaron cuando el joven de raza negra Michael Brown fue asesinado por un oficial de policía. Los disturbios atrajeron la atención del mundo y causaron daños masivos.
"La existencia de videos de tales incidentes también es parte de esto. En Ferguson, las protestas iniciales fueron un caso de enojo contenido que alcanzó su punto de ebullición", dijo el director. Sin embargo, Lynch indicó que los disturbios de esta semana en Baltimore no fueron disturbios de manifestantes, sino que más bien fueron un caso de mala conducta criminal oportunista.
Los estadounidenses consideran los recientes disturbios en Baltimore como conducta criminal, no como una protesta legítima y piensan que sólo empeorarán la situación de justicia penal en la ciudad.
En un informe Rasmussen emitido el jueves, sólo el 25 por ciento de los adultos estadounidenses consideran que la violencia de la multitud en Baltimore fue principalmente una indignación legítima. El 63 por ciento la describe sobre todo como una situación de la que los criminales se aprovecharon de los hechos.
Por otra parte, los críticos apuntan a una creciente tendencia en la que las fuerzas de la policía reciben más poder, se vuelven más descaradas, rinden menos cuentas a las comunidades que tienen que proteger y ahora portan equipo militar y usan chalecos antifragmentación y cascos, como los soldados. Algunos expertos dijeron que esto coloca a las policías en un estado anímico de soldados y los civiles son enemigos hostiles.
Lynch dijo que la militarización de las tácticas de la policía es una tendencia peligrosa en los departamentos de policía estadounidenses que a menudo causa enfrentamientos y violencia innecesarios. Sin embargo, eso no era lo que estaba en juego en el caso de Freddie Gray. Además del equipo y mentalidad militares, muy a menudo hay una cultura en la que el mal comportamiento es ignorado.
"El resentimiento de las comunidades minoritarias se encona mientras aguardan a que los buenos policías emprendan acciones contra los malos policías. Cuando no se toman medidas, el resentimiento crece y se deterioran las relaciones con todo el departamento", dijo Lynch.
En una inesperada medida para tranquilizar la situación, la fiscal pública de Baltimore, Marilyn Mosby, declaró hoy que los seis oficiales de policía involucrados en el arresto de Gray fueron acusados de múltiples cargos, incluyendo homicidio en segundo grado, homicidio involuntario, agresión y conducta poco ética en el cargo.