TOKIO, 1 may (Xinhua) -- El discurso del primer ministro japonés, Shinzo Abe, ante el Congreso de Estados Unidos se puede ver como "histórico" en el sentido de que Japón nunca ofrecerá disculpas sinceras a los vecinos asiáticos, víctimas de su agresión brutal y su régimen colonial durante la Segunda Guerra Mundial.
Abe afirmó que el camino de posguerra que Tokio ha perseguido se basa en un "profundo remordimiento" por la guerra y las "acciones" de Japón que hicieron "sufrir a los pueblos de los países asiáticos".
"No debemos apartar la vista de esto. Mantendré los puntos de vista expresados por los anteriores primeros ministros japoneses al respecto", aseguró en una sesión conjunta del Congreso de EEUU.
En este discurso muy bien preparado ante los congresistas estadounidenses, Abe, no obstante, reveló su ideología revisionista utilizando "acciones" en lugar de "agresión y régimen colonial", y "profundo remordimiento" en vez de "sinceras disculpas", en un intento aparente de diluir las atrocidades bélicas de su país.
La declaración, que Abe planea pronunciar este verano con motivo del 70º aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial, ha despertado la preocupación de países vecinos como China y la República de Corea, debido a que el líder japonés, de línea dura, ya insinuó que no va a repetir las importantes palabras que sus predecesores habían usado.
También está dando pistas más claras sobre lo que Abe dirá dentro de unos meses en territorio japonés.
Con el aplauso del Capitolio de Estados Unidos, el primer ministro japonés cree haber obtenido la aquiescencia de Washington a su discurso de alto perfil dirigido a debilitar la internacionalmente reconocida Declaración de (Tomiichi) Murayama en 1995.
El asunto prioritario en la agenda de EEUU sobre Asia debería ser alentar a Japón a lograr la reconciliación con sus vecinos en lugar de ser indulgente, de una manera irresponsable, con su "pívote en Asia" y dar mucho más ánimo al derechista gobierno de Abe, intencionadamente o no.
Estos errores de cálculo supondrán un riesgo para la paz y la estabilidad en toda región, en tanto la escalada de tensión entre Japón y sus vecinos también perjudicará los intereses de EEUU.
El premier nipón tiene que comprender que Japón, como país que causó un enorme dolor y daño a Asia durante la Segunda Guerra Mundial, debe buscar primero la reconciliación con sus vecinos asiáticos.
Desafortunadamente, Tokio y Washington van en una dirección mal orientada por la directriz defensiva recién revisada que permitirá a Abe actualizar las Fuerzas de Autodefensa de Japón para tratar las disputas con sus vecinos e inmiscuirse en asuntos regionales de manera belicosa.
Al no ofrecer una disculpa, Japón ha perdido, una vez más, la oportunidad para mejorar las relaciones con sus vecinos, lo que ensombrece el futuro en el Este de Asia.