Por Juan Manuel Nievas
PANAMA, 11 abr (Xinhua) -- Las dos principales economías del Cono Sur, Brasil y la Argentina, respaldaron hoy en la capital panameña a Venezuela tras la orden ejecutiva de Washington contra Caracas, temperamento que también adoptaron Ecuador y Bolivia.
A diferencia de lo que ocurrió con los jefes de Estado de Perú y de Colombia, los países mencionados en primer término expresaron su incondicional respaldo al gobierno de Nicolás Maduro, y exigieron al presidente Barack Obama que deje sin efecto el decreto que considera a Venezuela una "amenaza para la seguridad" de Washington.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, expresó que "el buen momento de las relaciones hemisféricas ya no admite medidas unilaterales y políticas de aislamiento, son contraproducentes e ineficaces. Por ello rechazamos la adopción de sanciones contra Venezuela".
El vínculo entre Washington y Brasilia aparecía hasta hoy deteriorado por el malestar provocado en 2013 por el espionaje estadounidense contra la mandataria brasileña, luego de la filtración de documentos clasificados por el ex contratista de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, en inglés) de Estados Unidos, Edward Snowden.
Por el hecho, la presidenta brasileña canceló la visita de Estado a Washington que iba a cumplir en octubre de 2013, aunque durante esta Cumbre ambos jefes de Estado acordaron que Rousseff visite Washington el 30 de junio próximo.
Por su parte, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, indicó: "Les confieso a todos mis colegas que cuando escuché la noticia dije "debe haber un error", "debe ser que no están de acuerdo con las políticas, que condenan las políticas". Y no, me trajeron la orden, una amenaza para la seguridad de los Estados Unidos".
"Resulta absolutamente inverosímil, casi rayando en lo ridículo, no solamente que Venezuela, sino cualquier país de nuestro continente, pueda resultar una amenaza para la mayor potencia del mundo", explicó la mandataria, que indagó: "¿Cómo puede concebirse que la mayor potencia del mundo pueda considerar una amenaza a Venezuela?".
"Si querían enfrentar a Venezuela, deberían haber encontrado otra forma, porque en realidad, nadie puede creer esto. Como nadie puede creer que el Reino Unido haya declarado también una amenaza a mi país, la República Argentina, respecto de nuestro propio territorio que son las Islas Malvinas", puntualizó.
En ese contexto, la mandataria, que deja el cargo a fin de año, sostuvo que le "llamó la atención la similitud y la simultaneidad de ambas posiciones", en referencia a las decisiones casi simultáneas de Washington y de Londres de considerar "amenazas" a Caracas y a Buenos Aires.
A tono con las posturas de Brasil y Argentina, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, también se solidarizó con Venezuela, al sostener que la orden ejecutiva de Obama contra Caracas "viola flagrantemente el derecho internacional".
"La respuesta que ha dado la región ha sido contundente, rechazando la Orden Ejecutiva y pidiendo su retiro. Nuestros pueblos nunca más aceptarán la tutela, la injerencia ni la intervención. Su memoria está lacerada por los abusos y la violencia del pasado", advirtió.
En igual sentido se expresó el presidente de Bolivia, Evo Morales, quien afirmó que "Venezuela no está sola".
"Prácticamente nos ha unido a los países que estamos en pro de la liberación de nuestros pueblos. No es posible que 32 países apoyen a Venezuela y solo dos estén a favor del decreto ejecutivo", dijo, en alusión a Estados Unidos y Canadá.
En ese marco, el mandatario del país andino estimó que los embates de Estados Unidos contra Venezuela buscan "derrocar" a Maduro.
"Cuando ya no pueden derrocarnos con golpes militares, cuando ya no pueden derrotarnos con golpes suaves, o agresiones políticas o económicas, ahora el gobierno de Estados Unidos apela a decretos", fustigó.
En cambio, ni Ollanta Humala (Perú) ni Juan Manuel Santos (Colombia), se refirieron al tema, como tampoco lo hizo el presidente de México, Enrique Peña Nieto, ni su par de Guatemala, Otto Pérez Molina.
Otro respaldo a Caracas, en cambio, llegó desde Cuba, cuyo presidente, Raúl Castro, sostuvo: "Venezuela no es ni puede ser una amenaza a la seguridad nacional de una superpotencia como los Estados Unidos. Es positivo que el presidente norteamericano lo haya reconocido".
"Debo reafirmar todo nuestro apoyo, de manera resuelta y leal, a la hermana República Bolivariana de Venezuela, al gobierno legítimo y a la unión cívico-militar que encabeza el presidente Nicolás Maduro, al pueblo bolivariano y chavista que lucha por seguir su propio camino y enfrenta intentos de desestabilización y sanciones unilaterales que reclamamos sean levantadas", mencionó.
Para concluir: "Que la orden ejecutiva sea derogada sería apreciado por nuestra comunidad como una contribución al diálogo y al entendimiento hemisférico", postuló.
Desde ya, el presidente Maduro cuestionó a Washington, y pidió a Obama el fin de las sanciones: "Es un decreto irracional, desproporcionado", se quejó el mandatario del país caribeño.
"Venezuela, nuestros hijos, nuestros nietos, no estarán tranquilos hasta que Estados Unidos no derogue ese decreto", agregó Maduro, que remarcó: "Nosotros no somos antiestadounidenses, somos antiimperialistas, como la mayoría del pueblo de Estados Unidos, y estoy seguro que esa juventud de Estados Unidos también lo es, de otra manera Obama no hubiese llegado a ser presidente".