Por Luis Alberto Sierra G.
PANAMA, 9 abr (Xinhua) -- Aunque la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) acaba de revisar sus expectativas sobre el crecimiento de la región para este año, marcando una desaceleración importante y la expectativa de un aumento en la variable de apenas 1 por ciento en promedio, reconoce ajustes estratégicos que podrían ayudar a aliviar las presiones.
En entrevista con Xinhua en la capital panameña, la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, quien se encuentra en el país en ocasión de la Cumbre de las Américas, reconoció que el ajuste llevó a prever un desempeño un poco mejor para este año de Panamá, México y Centroamérica (con un 3,2 por ciento en promedio), de un 3 por ciento en el caso solo de México, y de un 4 por ciento si se observa solo a Centroamérica.
También, según indicó, se espera que sea mucho peor el desempeño económico de Sudamérica en comparación con el año pasado, con un crecimiento del cero por ciento, y que se explica en parte por el peso de la desaceleración en Brasil (-0,9 por ciento), en Venezuela (-3,5 por ciento) y por el crecimiento del cero por ciento que se considera habrá en estos 12 meses en Argentina.
La funcionaria explicó que el análisis no implica que no pueda haber un mejor desempeño en otras economías de Sudamérica, ya que se prevé crecimiento aunque un poco menor, por ejemplo en Uruguay (3 por ciento), en Perú (4,2 por ciento), Colombia (3,6 por ciento), Chile (3 por ciento), y Bolivia (5 por ciento).
El Caribe entretanto, según la CEPAL, pasó de tener una expectativa de crecimiento de un 2,2 por ciento a un 1,9 por ciento, y básicamente en las economías de Trinidad y Tobago, y Jamaica, por efecto del precio del petróleo.
El crecimiento que se espera sea el más destacado es el de Panamá, de un 6 por ciento, según la CEPAL, que resaltó también un crecimiento esperado para este año en la economía de Nicaragua de un 5 por ciento.
Desde la perspectiva de Bárcena, la economía de la región se ha visto, de manera bastante cíclica, muy afectada por el contexto internacional, debido a factores como la caída de la demanda externa por parte de China y de Europa, y por Estados Unidos, que este año tiene un mejor desempeño (3,6 por ciento), lo que aseguró es muy importante para México y Centroamérica, por la dependencia que existe en esta relación.
En cuanto a Sudamérica reconoció que ha incidido en el menor desempeño la caída de los precios de las materias primas (petróleo y minerales), además de la desaceleración de manera importante de la demanda china.
La secretaria ejecutiva de la CEPAL consideró que también ha incidido en la región la culminación de la expansión monetaria en Estados Unidos, y la mayor expansión monetaria de Europa y de Japón.
Observó que la subida de las tasas de interés en Estados Unidos puede crear una cierta escasez en materia de financiamiento hacia la región, lo que reconoció que preocupa.
También admitió que a América Latina le ha afectado la caída de la inversión, y que la diferencia ha sido que en países como Colombia y Ecuador se logró apuntalar la inversión pública, lo cual ha jugado como factor anticíclico.
Reconoció que preocupa la perspectiva de crecimiento de Brasil, la mayor economía de la región, aunque explicó que se prevé que dicha economía repunte hacia 2016.
Observó que para la CEPAL entre los aspectos que debe atender América Latina están la desigualdad, que conspira contra democracias estables, y la informalidad laboral, y consideró que la región tiene que tratar de cerrar brechas estructurales en materia de desigualdad educativa y de ingresos, y también tener mecanismos más redistributivos.
"Uno de los temas pendientes en muchos de los países -de América Latina- es concretar la reforma fiscal, o lograr que haya una mejor tributación, sobre todo en aquellos países en los que la tasa tributaria es muy baja", afirmó Bárcena.
Observó que las tasas tributarias en Sudamérica son mayores que las de Centroamérica, y que se requieren reformas fiscales que sean más progresivas y que tengan un mayor impacto en el impuesto de renta.
Bárcena consideró indispensable combatir la evasión y las exenciones fiscales, o los privilegios de los que han gozado una gran cantidad de empresas, y que ya no necesitan.
Reconoció que otra preocupación es la de los fondos ilícitos, ya que se calcula que por ellos la región pierde al menos unos 150.000 millones de dólares, detallando que se refiere a dinero que sale hacia paraísos fiscales, con exenciones tributarias.
Bárcena identificó también entre los desafíos para América Latina la diversificación de las economías, diciendo que la región depende de muy pocos productos que se exportan a muy pocos destinos.
Estimó necesario que esta parte del mundo no dependa tanto de las materias primas, y que le agregue conocimiento e innovación a la producción, en una región, que resaltó, es poco productiva y que no ha logrado subirse a los nuevos paradigmas tecnológicos.
Observó como ejemplo que se conoce en el ámbito público que empresas como Google o Facebook generan 600 empleos en una región como América Latina, cuya población es de 600 millones de personas, y cuyo modelo apuntó no es sostenible.
Bárcena mencionó también la necesidad de formalizar laboralmente a los trabajadores, para que tengan acceso al trabajo, a la salud, a la educación y a las pensiones, y abogó por la posibilidad de una iniciativa hemisférica de conectividad e infraestructura en la región, y para que la banda ancha sea un bien público.
En cuanto a la cooperación de América Latina con China, la secretaria ejecutiva de la CEPAL vio muchas perspectivas.
Señaló que entre los años 2000 y 2013 el intercambio de bienes entre China y América Latina se multiplicó por 22, y que el país asiático pasó a ser posiblemente el primer socio comercial de Sudamérica, por encima de Europa y de Estados Unidos.
Bárcena reconoció que China está cambiando su estrategia con América Latina, no ve a la región solo como productora de bienes primarios, sino como una oportunidad para hacer inversiones.
La secretaria ejecutiva de la CEPAL se mostró también a favor de un acuerdo sobre recursos naturales, y reconoció que América Latina y el Caribe es una región de paz, bastante estable, y que "puede ser parte de la solución a muchos de los problemas globales, más que el problema".