BEIJING, 17 feb (Xinhua) -- Incluso a pesar de la ralentización del crecimiento y el incremento de los costes laborales, los inversores extranjeros continúan inyectando capital en China.
Política y económicamente estable, con una enorme reserva de mano de obra relativamente barata y mejores infraestructuras, China se mantiene como la principal potencia productora del mundo. Un mercado local en expansión de consumidores cada vez más ricos ha atraído a las compañías del planeta que desean un pedazo de la tarta.
Aunque el crecimiento económico de China se ralentizó el año pasado, el incremento del 7,4 por ciento todavía es la envidia de la mayoría del resto de los países.
Por primera vez desde 2003, China ha sustituido a Estados Unidos como el destino más importante para la inversión extranjera directa. Para la mayoría de los inversores, no se trata únicamente de la competitividad manufacturera, sino también de la proximidad y el acceso a la importante fuerza de potenciales clientes.
Es cierto que China está perdiendo a algunos fabricantes de labor intensiva que se marchan a países con costes más bajos, pero los productos de alto nivel están floreciendo a medida que la inversión redirige su curso hacia sectores más sofisticados.
Es dificil encontrar en otros países la combinación de materias primas, mano de obra cualificada, proveedores, logística, diseñadores y fábricas que ofrece China en un solo sitio.
Mientras los costes de la mano de obra se han incrementado en las regiones costeras desarrolladas, en las provincias interiores y las pequeñas ciudades continúan siendo muy bajos y son ahora más accesibles que nunca gracias a la mejora de las infraestructuras.
A medida que China suprime trámites burocráticos, abre más sectores, garantiza un trato igualitario a las compañías nacionales y extranjeras, continúa presentando enormes oportunidades para las empresas foráneas.