Y, gradualmente, ella venía desarrollando tanta sensibilidad en detectar la belleza en todas las existencias de la vida que cada vez se abrió los ojos, el mundo se había vuelto más bonito.
Ella creció enriqueciéndose con el lujo de crear libremente, y desde su graduación de la prestigiosa Academia de Bellas Artes de Sichuan, Diandian ha decidido compartir esta libertad con los demás niños como ella.
El caso de Daidai, sin embargo, es más bien un ejemplo de libro para la mayoría de los niños chinos: Pese a que siempre se sentía atraída por el arte, y le gustaba dibujar, cuando era pequeña, ella estaba “prohibida” por la familia de hacer nada artística.
Todo para estudios escolares. Todo para sacar buenos resultados en los exámenes.