BRASILIA, 18 may (Xinhua) -- La automotriz estadounidense General Motors (GM) anunció hoy lunes en Brasil la suspensión temporal de 900 empleados en su planta en el estado de Sao Paulo, con lo cual se eleva a 1.719 el número de trabajadores suspendidos.
GM adoptó en febrero pasado el régimen de "layoff "(suspensión temporal) para adecuar los ritmos de producción a la menor demanda.
Bajo ese sistema, los empleados tienen sus contratos de trabajo suspendidos temporalmente, pero siguen recibiendo sus salarios, pagos en parte por la empresa y en parte por el gobierno federal, mediante los recursos del Fondo de Amparo al Trabajador.
En una asamblea celebrada el pasado viernes , los empleados de GM aprobaron la medida, que tendrá una duración de cinco meses.
Después de ese plazo, la empresa se comprometió a garantizar el pago de los sueldos por otros seis meses, mientras que, durante el periodo de suspensión, los obreros asumen el compromiso de tomar cursos de actualización profesional.
El secretario general del Sindicato de los Metalúrgicos de Sao Paulo, Cícero Marques da Costa, informó que la dirección de la entidad se reunirá con la empresa mañana martes para discutir la situación de los obreros, cuyo periodo de "layoff" terminará el 9 de junio.
En esa reunión, el sindicato también buscará convencer a GM a reintegrar a 150 empleados despedidos para ponerlos igualmente bajo el régimen de "layoff".
"Intentaremos agotar todas las posibilidades que tengamos de preservar los puestos de trabajo", explicó Costa.
La montadora argumenta que tiene un excedente laboral, un problema que afecta también a otras industrias del sector.
Según GM, las suspensiones tienen como objetivo ajustar la producción a la demanda actual del mercado.
De acuerdo con el último balance de la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores (Anfavea), en el primer cuatrimestre la producción de vehículos registró una retracción de 17,5 por ciento, mientras las ventas cayeron 17,8 por ciento en comparación al mismo periodo del año pasado.
En todo Brasil, cerca de 13.000 metalúrgicos tienen sus actividades suspendidas debido al bajo desempeño del sector en lo que va del año.