Por Edgardo Loguercio
BRASILIA, 14 may (Xinhua) -- El número de muertos por disparos de armas de fuego llegó en Brasil a 42.416 personas en 2012, lo que equivale a 116 víctimas por día, reveló el Mapa de la Violencia 2015 - Muertes por Armas de Fuego, divulgado hoy en Brasilia por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
De autoría del sociólogo Julio Jacobo Waiselfisz, el estudio indica que 94,5 por ciento de esas muertes fueron homicidios.
Tanto el total de víctimas de armas de fuego como el número de asesinatos son los más altos registrados en el país sudamericano por el Mapa de la Violencia, cuya serie histórica comienza en 1980 y va hasta 2012.
La tasa de mortalidad por armas de fuego es de 21,9 óbitos por cada 100.000 habitantes en 2012, la segunda más alta registrada, menor apenas a la de 2003, que fue de 22,2.
En el contexto internacional, teniendo en cuenta los datos correspondientes a 90 países con datos fidedignos provenientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la tasa de mortalidad brasileña ocupa el décimo lugar, atrás de países como El Salvador, Venezuela, Guatemala o Colombia.
En el caso de los homicidios practicados con armas de fuego, la tasa de mortalidad de 2012 alcanzó a 20,7, la más elevada desde 1980.
Los jóvenes son las mayores víctimas de las muertes por armas de fuego en Brasil: del total de 42.416 muertes en 2012, 24.882 fueron de personas de 15 a 29 años, el equivalente a 59 por ciento, cuando esa faja etaria correspondía a 27 por ciento de la población brasileña.
La tasa de mortalidad de jóvenes por armas de fuego alcanzó a 47,6 por cada 100.000 habitantes en 2012, el doble que para la población total.
El Mapa de la Violencia 2015 es producto de la cooperación entre la Secretaría General de la Presidencia de la República, la Secretaría Nacional de la Juventud, la Secretaría de Políticas de Promoción de la Igualdad Racial, la Unesco de Brasil, y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).
Basándose en registros oficiales, entre 1980 y 2012, apunta el estudio, 880.386 personas murieron por disparos de armas de fuego, de las cuales 747.760 fueron asesinadas.
En 1980, el total de muertos por armas de fuego fue de 8.710 personas, por lo que hubo un aumento de 387 por ciento hasta 2012, cuando fueron registrados 42.416 óbitos.
El crecimiento de las muertes por armas de fuego fue impulsado, casi de forma exclusiva, por los homicidios, que crecieron 556,6 por ciento, mientras que los suicidios con armas de fuego aumentaron 49,8 por ciento, y las muertes accidentales cayeron 26,4 por ciento.
Entre los jóvenes, el crecimiento de 463,6 por ciento en el número de víctimas por armas de fuego se explica de forma exclusiva por el aumento de 655,5 por ciento de jóvenes asesinados, mientras que los accidentes, suicidios y casos indeterminados cayeron en el período.
El estudio apunta que el Estatuto del Desarme, aprobado en 2003, resultó en una reducción estimada de 15,4 por ciento en el número de muertes por armas de fuego en Brasil.
Entre 2004 y 2012, se estima que 160.036 muertes fueron evitadas en el período como consecuencia de las políticas de restricción al acceso a las armas de fuego.
Según Waiselfisz, el mayor impacto de las políticas de control de armas fue su capacidad preventiva de los homicidios juveniles.
"Los jóvenes representan 27 por ciento de la población total, pero esas políticas consiguieron salvar la vida de 113.071 jóvenes en un universo de 160.036. Esto es, 70,7 por ciento de las muertes evitadas fueron de jóvenes", resaltó.
Por otro lado, los negros son también las principales víctimas de las muertes provocadas por armas de fuego en Brasil.
Por cada 100.000 habitantes, la tasa de víctimas de color blanco en 2012 fue de 11,8 óbitos, mientras que la de negros llegó a 28,5 muertes, una diferencia de 142 por ciento.
Además, mientras que la tasa de homicidios de blancos por armas de fuego cayeron entre 2003 y 2012 de 14,5 para 11,8 por cada 100.000 personas, las de negros en el mismo período subieron de 24,9 para 28,5.
"Con ese ritmo marcadamente diferencial, la victimización negra del país, que en 2003 era de 72,5 por ciento, en pocos años se duplica: en 2012 ya es de 142 por ciento", resalta el documento.
El estudio concluye apuntando que la violencia letal en Brasil llegó a "niveles insoportables", y que no basta con impulsar políticas que promuevan el desarme de la población.
Según el autor, el problema no es sólo el fácil acceso a las armas fuego lo que conduce a la violencia, sino también la decisión de utilizarlas para resolver todo tipo de conflicto interpersonal, en la mayor parte de los casos, banales y circunstanciales.
En ese campo, debe ser generada "una nueva propuesta de acción política, creando oportunidades y alternativas para la juventud, sector de la sociedad más afectado por la mortalidad por armas de fuego".
El Mapa de la Violencia 2015 reafirma la necesidad de crear las bases "para la construcción de una nueva cultura de paz y tolerancia entre los hombres, con profundo respeto a las diferencias y al derecho efectivo de todos los individuos a los beneficios sociales mínimos para una vida digna: salud, trabajo y educación".