Por Omar Mendoza
SANTIAGO, 30 abr (Xinhua) -- El movimiento obrero de Chile se apresta a celebrar el Día Internacional de los Trabajadores en momentos en que el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet impulsa una profunda Reforma Laboral, que cuenta con el apoyo de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).
Esa organización, con una larga tradicional de lucha, ha logrado constituir a la Reforma Laboral en un tema de la agenda nacional y un punto imposible de desatender en el debate político nacional y ha decidido dedicarle este "Primero de Mayo unitario y masivo".
La CUT realizará como todos los años una masiva movilización nacional para conmemorar ese día e instalar la necesidad de avanzar en la Reforma Laboral que devuelva poder al sindicalismo y en una Nueva Constitución de Chile, en sustitución de la promulgada por el régimen militar de Augusto Pinochet (1973-1990).
Con la convocatoria central bajo el lema "Reforma Laboral, Más Democracia; Nueva Constitución, Mejor Chile", la CUT ha convocado a todas sus filiales a movilizarse masiva y activamente este 1 de mayo, con actividades en todo el país.
De acuerdo con su dirigencia, la CUT ha apoyado la Reforma Laboral para que se convirtiera en "un factor clave en la lucha contra la desigualdad" y fuera parte de las reformas estructurales que se ha propuesto la mandataria socialista.
Entre las reformas de Bachelet están la Tributaria, ya aprobada, que aumentar los impuestos en 8.300 millones de dólares cada año para financiar la Reforma Educativa y restablecer la educación gratuita y de calidad, tras 40 años de privatización; una Nueva Constitución y la Reforma Laboral.
En esencia, la Reforma Laboral, que se discute en el Legislativo, plantea que al trabajador no se le puede ver como "un mero consumidor" y que el trabajo "es fuente de dignidad personal; de desarrollo y estabilidad de las familias chilenas; de paz en la comunidad; de credibilidad de las políticas públicas y privadas y en definitiva de la gobernanza nacional".
Por eso, se propone cambios en la institucionalidad laboral, considerando que "el respeto a los derechos en el trabajo y la dignidad del trabajador, son parte integral de la identidad social y política de la Nueva Mayoría", la coalición de centroizquierda, que preside Bachelet, la cual es reconocida por la CUT.
Dicha reforma incluye la ampliación de la sindicalización y la negociación colectiva con los empresarios; aumentar la participación laboral, la calidad del empleo y los salarios, así como elevar la productividad del país.
Además, tiene la finalidad de fortalecer y mejorar la institucionalidad laboral, avanzando hacia un cumplimiento efectivo de la ley laboral, y hacia políticas que lleguen efectivamente a todas y todos los trabajadores.
Todos son postulados por los que CUT ha luchado siempre, y que ahora están en el centro del debate y la negociación de los sindicatos con las empresas chilenas, mientras los senadores y diputados discuten el proyecto de ley de la Reforma Laboral.
Para Figueroa, "hoy podemos decir con satisfacción, que la instalación del debate laboral ha tenido la magnitud que esperábamos, no sólo se trata de reformas para dejar conformes a los actores; se trata de reformas que devuelvan poder a los trabajadores y, por esa vía, avanzar en la tarea de superar la desigualdad".
En Chile, el debate se ha instalado en la sociedad y tiene como fin el fortalecer el sindicato como único instrumento negociador; eliminar el reemplazo en la huelga en las empresas, en cumplimiento del convenio 87 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT); y lograr mejores condiciones para los trabajadores.
"Hemos avanzado y de eso debemos sentirnos legítimos protagonistas, pero junto con ello debemos asumir que estos avances nos obligan a ser más activos, incidentes y responsables en los tiempos que vienen", puntualizó la dirigente gremial.
Aunque la CUT apoya la Reforma Laboral, ha dejando claro que su rol es de ser contraparte frente al gobierno, "lo cual no se hipoteca por tener legítima opinión y posición en el futuro de Chile".
También ha reiterado que seguirá firme en su proyecto, el cual se define de la siguiente manera:
"Nueva Institucionalidad Laboral para construir un nuevo trato con los trabajadores y el sindicalismo; nuevo sistema de pensiones que supere el fracaso de empresas privadas del sector, y una profunda Reforma Tributaria que permita fortalecer el Estado y, junto con ello, garantizar derechos básicos como Educación y Salud para todas y todos".
La CUT surgió en 1953, tras la unificación de varios sindicatos; apoyó al gobierno de la Unidad Popular (1970-1973) que encabezó Salvador Allende hasta su derrocamiento el 11 de septiembre de 1973, cuando fue disuelta por el régimen militar y sus líderes fueron reprimidos. En 1988, resurgió y actualmente es la principal central obrera de Chile.