Por Victoria Argüello
CARACAS, 9 abr (Xinhua) -- Diez años después de la polémica IV Cumbre de las Américas celebrada en Mar del Plata, Argentina, que logró distinguir dos claras y antagónicas visiones acerca de los objetivos políticos, económicos y sociales que debían trazarse los países de la región, este 10 de abril se dan nuevamente cita, en Panamá, las 35 naciones pertenecientes a la Organización de Estados Americanos (OEA).
Los temas son de vasto interés para los gobiernos y poblaciones del continente, dado los puntos de divergencia y ciertas tensiones diplomáticas que aún prevalecen en el hemisferio.
La orden ejecutiva emitida por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, contra Venezuela, por considerar a la nación suramericana una "amenaza inusual y extraordinaria" para la seguridad de Washington; la respuesta que concede Caracas al decreto norteamericano acompañada de la activación de mecanismos diplomáticos globales, así como la presencia de Cuba por primera vez en la Cumbre después de 53 años, constituyen algunos de los elementos innovadores y medulares que tendrá la VII Cumbre de las Américas.
Mientras algunos analistas políticos internacionales advierten sobre las pretensiones de la administración norteamericana de utilizar este encuentro para expandir su dominio en la región de América Latina y el Caribe, otros en cambio apuntan a que las naciones latinoamericanas han erigido una fuerza que les posibilita posicionar una agenda que no esté supeditada a los intereses estadounidenses.
"Siempre que hay una reunión de la OEA, hay que estar sumamente alertas porque la OEA fue creada por Estados Unidos como un instrumento de preservación de su hegemonía en el hemisferio (...) pero, a veces, Estados Unidos sale derrotado, porque en 2005 fue a Punta del Este con la idea de imponer el ALCA (Area de Libre Comercio para las Américas) en la cuarta Cumbre de las Américas y quedó derrotado totalmente", declaró a Xinhua, el reconocido historiador y escritor venezolano Luis Britto García.
El avance y progresiva consolidación de mecanismos integracionistas que aglutinan a naciones del Caribe y de América Latina, con ahínco a partir del 2005, son hoy en día -a juicio de expertos- motivo de la pérdida de influencia norteamericana en este lado del continente.
Por ello, consideran que Suramérica tiene una oportunidad para definir y regir nuevos términos de la diplomacia basados en la igualdad, independencia y cooperación.
Cabe destacar así la cohesión cada vez más notoria de recién configurados espacios de alianza, como lo son la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA), y otros mecanismos como el Mercado Común del Sur (Mercosur), que pese a tener más trayectoria, actualmente desarrolla dinámicas acordes al auge de China como primera economía del mundo.
Para el analista político, Alberto Aranguibel, la VII Cumbre de las Américas tiene una importancia vital para las naciones de América en su conjunto, dado este viraje de la correlación de fuerzas en el continente.
"Esta nueva concepción de integración apoyada en los principios de solidaridad, igualdad, cooperación, de relacionamiento con respeto mutuo entre los países, es probablemente uno de los logros más importantes que tenemos hoy en día en el continente", afirmó en entrevista ofrecida a Xinhua.
Esta nueva situación geopolítica se ha evidenciado en el respaldo mayoritario que los Estados miembros de estos diferentes bloques -y que también se congregarán en Panamá- han hecho a Venezuela ante las sanciones refrendadas por el gobierno de Estados Unidos el pasado 9 de marzo, un tema que además centrará especial atención entre los jefes de Estado y de Gobierno asistentes a la cumbre.
Para el historiador Britto García, Estados Unidos en esta séptima reunión intentará soportar su decreto contra Caracas con base en tres puntos fundamentales: 1) creación de expedientes (pre-fabricados) en materia de presunta agresión contra los derechos humanos por parte del gobierno venezolano, 2) las supuestas violaciones a la libertad de expresión, y 3) una supuesta falta de independencia del Poder Judicial en el país suramericano.
El también profesor universitario señaló que pese a los esfuerzos de Washington de restarle importancia a la declaratoria de "amenaza" hecha a Venezuela, sobre la cual el mandatario Obama decretó un "estado de emergencia nacional" en su país, él está consciente de que esa orden ejecutiva viola los principios del derecho internacional.
"Estados Unidos tiene perfecta conciencia de que su decreto en primer lugar viola la carta de la Organización de Naciones Unidas (ONU), que prohíbe la intervención de las naciones en los asuntos internos de otras. En segundo lugar, viola la propia carta de la OEA", refirió.