BRASILIA, 6 feb (Xinhua) -- El Consejo de Administración de la petrolera estatal brasileña Petrobras, inmersa en una profunda crisis por denuncias de corrupción y sobrefacturación de obras, elegirá este viernes en una reunión en Sao Paulo el nuevo presidente de la compañía y cinco directores, informó la asesoría de prensa de la empresa.

La definición sucede a la renuncia colectiva de la presidenta Maria das Gracas Foster y cinco ejecutivos el pasado miércoles, para dejar el camino libre a una reestructuración con el fin de recuperar la credibilidad de la compañía.

La elección del presidente de Petrobras depende de la decisión del gobierno por ser accionista mayoritario de la empresa y ocupar siete de los diez asientos del Consejo de Administración.

Según los analistas, la situación complicada de la petrolera estatal y el hecho de que aún no fuera divulgado el balance auditado del tercer trimestre del año pasado, conteniendo las pérdidas por la corrupción, complica la elección de un sucesor al principal ejecutivo de la empresa.

Entre los nombres que circulan como posibles candidatos estarían algunos de confianza de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, aunque también podría surgir de figuras vinculadas al mercado financiero.

En los últimos días han sido mencionados extraoficialmente como más próximos a Rousseff los nombres de Luciano Coutinho, actual presidente del Banco de Desarrollo Económico y Social (BNDES) y miembro del Consejo de Petrobras; Murilo Ferreiro, presidente de la minera Vale; y Rodolfo Landim, expresidente de la petrolera privada OGX.

El nuevo presidente podría surgir también de una lista que incluye al expresidente del Banco Central, Henrique Meirelles, sugerido por el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva; Roger Agnelli, expresidente de la Vale; y Eduarda La Rocque, exsecretaria de Hacienda de Río de Janeiro y vinculada al ministro de Hacienda, Joaquim Levy.

Un gigantesco esquema de corrupción, que alcanzaría varios miles de millones de dólares, está siendo investigado en el marco de la Operación Lavadero, que involucra a directivos de la petrolera estatal y de empresas proveedoras, incluyendo a todas las grandes constructoras brasileñas.

El escándalo en Petrobras estalló a fines del año pasado, afectando severamente la credibilidad de la compañía tanto en el país como en el exterior.

El impacto de las denuncias se vio agravado por la caída del precio del petróleo en el mercado internacional, lo que resultó en una importante pérdida en el valor de mercado de la empresa.

El caso puede tener severas derivaciones políticas, puesto que varios acusados apuntaron, en el marco de delaciones premiadas, nombres de políticos que habrían sido favorecidos por el esquema de lavado de dinero y sobrefacturación de obras.