BEIJING, 19 feb (Xinhua) -- La contaminación del aire alcanzó "niveles peligrosos" en 106 ciudades chinas a causa del uso de petardos y fuegos artificiales durante las celebraciones para dar la bienvenida al Año Nuevo Lunar.
Entre las 20:00 horas del miércoles y las 10:00 horas de hoy, el índice de calidad el aire (ICA) superó los 300 puntos en 106 ciudades. Con base en el estándar de China, un ICA de entre 201 y 300 es considerado "contaminación intensa", y si es más de 300 se define como "grave".
Beijing tuvo un registro excelente el miércoles durante el día pues el ICA fue menor a 50. Aunque los fuegos artificiales de las celebraciones lo arruinaron por la noche.
"Justo estaba presumiendo mi 'cielo azul' en mi red social por la mañana, pero la contaminación regresó por la noche", lamentó un residente de Beijjing de apellido Chen.
El buró municipal de medio ambiente informó que los contaminantes aumentaron rápidamente desde las 20:00 horas de la víspera de Año Nuevo para causar "contaminación intensa" en la medianoche.
Las lecturas máximas de PM 2.5, partículas en el aire más pequeñas que 2,5 micrones de diámetro que causan la contaminación, alcanzaron 410 mg por metro cúbico entre la medianoche y las 01:00 horas de hoy, 12 por ciento más anualmente, de acuerdo con el Centro Municipal de Monitorización Ambiental de Beijing.
Un solo petardo puede provocar contaminación intensa dentro de un rango de 10 metros cúbicos, de acuerdo con un experimento de Shangguan Wenfeng, un profesor del Centro de Tecnología de Combustión y Ambiental de la Universidad Jiao Tong de Shanghai.
Encender fuegos artificiales durante el Año Nuevo Lunar es una tradición antigua en China, con viejas supersticiones que creen que la luz y el sonido espantan a los espíritus malignos. En años recientes, los fuegos artificiales se han utilizados para crear una atmósfera festiva durante las celebraciones más importantes del país.
No obstante, los fuegos artificiales son culpados cada vez más de contribuir al problema de contaminación del país, lo que provoca que los gobiernos locales implementen medidas para prohibir o limitar su uso.
Los pedidos de fuegos artificiales con los comerciantes al menudeo en Beijing disminuyeron 20 por ciento este año porque las autoridades redujeron la cantidad de días de venta y los lugares de venta permitidos debido a las preocupaciones por la contaminación.
Los fuegos artificiales se venden de manera oficial en lugares temporales en Beijing antes del Año Nuevo Lunar. Las autoridades de Beijing han reducido la cantidad de días en que los cohetes pueden ser vendidos de 20 a 11.
Sin embargo, en las zonas rurales no hay restricciones.
El consumo de fuegos artificiales en el campo ha estado al alza en los años recientes, dijo Li Shuai, empleado de la Asociación de Fuegos Artificiales y Cohetes de la provincia de Anhui.
Tan sólo en el distrito de Qianshan, los ingresos por ventas suman más de 50 millones de yuanes (8,16 millones de dólares USA) al año, indicó Li.
"El estándar de vida en las áreas rurales está creciendo y encender fuegos artificiales se ha vuelto una manera de agradecimiento y de entretenimiento para los residentes rurales", agregó Li.
Los trabajadores migrantes que regresan a casa siempre encienden grandes cantidades de cohetes durante Año Nuevo para mostrar cuánto han ganado en las ciudades, dijo Wei Bin, un funcionario de cultura del distrito autónomo de la etnia miao de Rongshui, en la región autónoma de la etnia zhuang de Guangxi, sur de China.
"Debido a las restricciones en las ciudades, algunos residentes urbanos optan por acudir a los espectáculos de fuegos artificiales en el campo" dijo Shi Ke, quien está a cargo de una compañía de fuegos artificiales en Guangxi.
El encendido de cohetes definitivamente causará una contaminación del aire a corto plazo, aunque no es justo culpar sólo a los cohetes, dijo Pan Gongpei, profesor de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Nanjing.
Además de esperar que el gobierno haga más para detener la contaminación, el público también debe cambiar su mentalidad y forma de vida encendiendo menos cohetes o abandonar el hábito para contribuir a "cielos más azules", dijo Pan.