NUEVA YORK, 18 feb (Xinhua) -- China ha estado empeñada en una enorme transformación de la economía doméstica y los líderes chinos lo están haciendo bastante bien en este aspecto, comentó el ex primer ministro australiano Kevin Rudd.
Los líderes chinos decidieron no inflar artificialmente la tasa de crecimiento cuando la transformación condujo a la reducción de esta, como estaba previsto, indicó a Xinhua Rudd en un evento celebrado en Nueva York para celebrar su llegada como el presidente del recién inaugurado Instituto de Políticas de la Sociedad Asiática.
"La reducida tasa de crecimiento" se refiere al 7,4 por ciento de crecimiento del producto interno bruto (PIB) en 2014 sobre una base anual, que marcó un récord bajo desde 1990 y espoleó las preocupaciones extranjeras por el desarrollo económico de la segunda mayor economía mundial.
China experimenta una transformación muy profunda para convertir una economía basada en industrias que requieren mucha mano de obra para la exportación en otra que se basa en la innovación, el sector de servicios, la urbanización y el consumo privado, señaló Rudd, quien ejerció dos veces como primer ministro australiano y condujo al país a través de la crisis financiera global de 2008.
Las palabras de Rudd se hacen eco de las declaraciones del primer ministro chino, Li Keqiang, cuando asistió a la reunión anual del Foro Económico Mundial, celebrada en la ciudad suiza de Davos en enero.
La economía china ha "entrado en un estado de nueva normalidad", destacó Li, apuntando que el crecimiento está pasando de una velocidad alta a una media alta, y que el desarrollo precisa cambiar de un nivel entre bajo y medio a uno entre medio y alto.
El Gobierno chino ha creado un proyecto para cambiar el viejo modelo económico por uno nuevo, expuso Rudd. "Habrá muchos baches en el camino, pero creo que la transformación económica de China está dirigiéndose hacia la dirección correcta", aseveró.
La transformación es más dura para China al enfrentarse a unos mercados globales que se encuentran "en un estado no solo de debilidad, sino, de hecho, en unas recesión y deflación reales", añadió Rudd.
Así, puso a Europa como ejemplo, explicando que este continente ha sido históricamente un potente mercado para China y ha sustentando el rendimiento económico del gigante asiático en términos de manufacturación. Sin embargo, la economía de la región ha estado en plano y en tasas negativas durante los últimos siete u ocho años.
En lugar de los modos tradicionales de estimular la economía, el Gobierno chino ha optado por ir por un camino más duro de superar la transformación, apuntó el exdirigente australiano.
"La economía China es fundamental para el papel de China en la región y en el mundo, y también lo es para el bienestar del pueblo chino", remarcó.