ESPECIAL: Votación favorable a Temer y condena contra Lula abren nueva fase de crisis política en Brasil

Spanish.xinhuanet.com   2017-07-16 07:37:23

Por Edgardo Loguercio

BRASILIA, 15 jul (Xinhua) -- La crisis política brasileña entró esta semana en una nueva etapa tras el rechazo en una comisión legislativa de la denuncia por corrupción contra el presidente Michel Temer y la condena en primera instancia, también por corrupción, contra el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

El nuevo escenario, sin embargo, está lejos de reducir la incertidumbre que marca la vida política del país.

Ambos episodios dejan al descubierto la gravedad de la crisis brasileña, ya que por primera vez un presidente es acusado criminalmente en el ejercicio del cargo.

También es la primera desde la Constitución de 1988 en que un ex presidente es condenado por la justicia.

La denuncia contra Temer, surgida en mayo a partir de la delación premiada de los ejecutivos del grupo JBS, quienes confesaron supuestos sobornos al mandatario, aún debe esperar una definición en la Cámara de Diputados, que entró en receso el viernes por dos semanas.

La Comisión de Constitución y Justicia (CCJ) de la cámara baja rechazó el jueves por 40 votos contra 25 la admisibilidad de la denuncia por corrupción pasiva contra Temer presentada por la Procuraduría General de la República, pero la votación decisiva depende del pleno de los diputados.

Para Ricardo Caldas, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Brasilia (UnB), el gobierno ganó un cierto margen con las votaciones de la última semana en el Congreso, incluida la aprobación de una profunda reforma laboral, sin embargo Temer enfrentará muchos obstáculos para concluir su mandato.

"Tanto la victoria de Temer con la aprobación de la reforma laboral como en la CCJ fueron positivas, reforzaron un poco su imagen, él ganó un tiempo. El margen de maniobra de Temer aumentó. Su salida no es un hecho consumado. Pero mi escenario principal apunta a que no termine su mandato", dijo Caldas a Xinhua.

Para el analista, Temer, con apenas 7 por ciento de apoyo popular, no perderá el cargo inmediatamente, pero probablemente deba dejar el cargo a fines de este año.

"En algún momento, Temer va tener dificultades de continuar. Creo que el presidente no llega al final del gobierno, pero no hay dudas de que él aumentó esta semana su sobrevivencia política", apuntó.

No es sólo el frente político que inquieta al gobierno, porque tampoco la economía está dando los resultados esperados, un campo en el que necesita con urgencia buenas noticias para fortalecerse.

El viernes, el Banco Central informó que, según sus estimaciones, la actividad económica disminuyó 0,51 por ciento en mayo ante abril, un número mucho más preocupante que lo previsto por todos los analistas y que pone en duda la proyectada salida de la recesión.

El persistente estancamiento económico puede favorecer a los críticos del gobierno, pero la situación del ex presidente Lula da Silva, virtual líder de la oposición, no es menos difícil y puede agravarse en los próximos meses.

La condena en primera instancia a nueve años y medio de prisión decretada por el juez Sergio Moro es el golpe más duro recibido por el político más popular del país en su extensa carrera, desde sus orígenes en el sindicalismo.

El ex presidente es, según las encuestas, ampliamente favorito hacia las elecciones presidenciales de 2018, sin embargo, en caso de que se confirme la condena en segunda instancia, el líder del Partido de los Trabajadores (PT) será inhabilitado para presentar su candidatura.

Además, la condena del juez Moro puso en alerta a toda la clase política, al mostrar que "no existe nadie por encima de la ley" y que decenas de dirigentes de todos los grandes partidos sobre los que pesan graves acusaciones pueden correr una suerte semejante.

"La condena del presidente Lula ya era esperada. La incertidumbre que se mantiene es si va a ser candidato o no. En mi escenario principal él no va a ser candidato", dijo el profesor Caldas.

"Ahora, son escenarios, porque el proceso va para una segunda instancia, donde la decisión puede llevar seis meses o un año y medio. Si demora, él podrá postularse", indicó.

Las fuerzas políticas brasileñas aprovecharán el receso legislativo para debatir salidas viables, frente al desgaste notable que enfrenta la clase dirigente ante la opinión pública.

A nivel del gobierno existe un alto riesgo de que el tratamiento de la denuncia contra Temer en la Cámara de Diputados puede entrar en agosto en un verdadero "impasse".

Si por un lado la oposición precisa reunir 342 votos para autorizar el proceso, el gobierno también necesita reunir un quórum de 342 diputados para que sea rechazada en forma definitiva y ambas alternativas parecen por el momento improbables.

El gobierno y la oposición acordaron como fecha de votación el 2 de agosto, pero las limitaciones de ambos campos para hacer prevalecer su posición amenaza con postegar la definición hasta septiembre.

Ese cuadro complica la estrategia del gobierno, puesto que, cuanto más se retrase la votación, más oportunidades existen de que aparezcan nuevas denuncias contra Temer por parte del procurador general de la República, Rodrigo Janot, quien deja su cargo precisamente en septiembre.

Para la consultora de riesgo político Eurasia Group, la multiplicación de casos de corrupción y el fuerte rechazo de los ciudadanos a las cuestionadas prácticas del sistema político preparan el terreno para unas elecciones el año próximo, las cuales estarán dominadas por un deseo de renovación.

"Dada la profundidad del estancamiento económico en el país y el agotamiento del público con el mayor escándalo político y financiero en la historia moderna de Brasil, ese país está maduro para unas elecciones que realicen una limpieza. La condena por corrupción de esta semana del ex presidente Lula subraya ese punto", señaló la consultora en un informe.

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ESPECIAL: Votación favorable a Temer y condena contra Lula abren nueva fase de crisis política en Brasil

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Por Edgardo Loguercio

BRASILIA, 15 jul (Xinhua) -- La crisis política brasileña entró esta semana en una nueva etapa tras el rechazo en una comisión legislativa de la denuncia por corrupción contra el presidente Michel Temer y la condena en primera instancia, también por corrupción, contra el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

El nuevo escenario, sin embargo, está lejos de reducir la incertidumbre que marca la vida política del país.

Ambos episodios dejan al descubierto la gravedad de la crisis brasileña, ya que por primera vez un presidente es acusado criminalmente en el ejercicio del cargo.

También es la primera desde la Constitución de 1988 en que un ex presidente es condenado por la justicia.

La denuncia contra Temer, surgida en mayo a partir de la delación premiada de los ejecutivos del grupo JBS, quienes confesaron supuestos sobornos al mandatario, aún debe esperar una definición en la Cámara de Diputados, que entró en receso el viernes por dos semanas.

La Comisión de Constitución y Justicia (CCJ) de la cámara baja rechazó el jueves por 40 votos contra 25 la admisibilidad de la denuncia por corrupción pasiva contra Temer presentada por la Procuraduría General de la República, pero la votación decisiva depende del pleno de los diputados.

Para Ricardo Caldas, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Brasilia (UnB), el gobierno ganó un cierto margen con las votaciones de la última semana en el Congreso, incluida la aprobación de una profunda reforma laboral, sin embargo Temer enfrentará muchos obstáculos para concluir su mandato.

"Tanto la victoria de Temer con la aprobación de la reforma laboral como en la CCJ fueron positivas, reforzaron un poco su imagen, él ganó un tiempo. El margen de maniobra de Temer aumentó. Su salida no es un hecho consumado. Pero mi escenario principal apunta a que no termine su mandato", dijo Caldas a Xinhua.

Para el analista, Temer, con apenas 7 por ciento de apoyo popular, no perderá el cargo inmediatamente, pero probablemente deba dejar el cargo a fines de este año.

"En algún momento, Temer va tener dificultades de continuar. Creo que el presidente no llega al final del gobierno, pero no hay dudas de que él aumentó esta semana su sobrevivencia política", apuntó.

No es sólo el frente político que inquieta al gobierno, porque tampoco la economía está dando los resultados esperados, un campo en el que necesita con urgencia buenas noticias para fortalecerse.

El viernes, el Banco Central informó que, según sus estimaciones, la actividad económica disminuyó 0,51 por ciento en mayo ante abril, un número mucho más preocupante que lo previsto por todos los analistas y que pone en duda la proyectada salida de la recesión.

El persistente estancamiento económico puede favorecer a los críticos del gobierno, pero la situación del ex presidente Lula da Silva, virtual líder de la oposición, no es menos difícil y puede agravarse en los próximos meses.

La condena en primera instancia a nueve años y medio de prisión decretada por el juez Sergio Moro es el golpe más duro recibido por el político más popular del país en su extensa carrera, desde sus orígenes en el sindicalismo.

El ex presidente es, según las encuestas, ampliamente favorito hacia las elecciones presidenciales de 2018, sin embargo, en caso de que se confirme la condena en segunda instancia, el líder del Partido de los Trabajadores (PT) será inhabilitado para presentar su candidatura.

Además, la condena del juez Moro puso en alerta a toda la clase política, al mostrar que "no existe nadie por encima de la ley" y que decenas de dirigentes de todos los grandes partidos sobre los que pesan graves acusaciones pueden correr una suerte semejante.

"La condena del presidente Lula ya era esperada. La incertidumbre que se mantiene es si va a ser candidato o no. En mi escenario principal él no va a ser candidato", dijo el profesor Caldas.

"Ahora, son escenarios, porque el proceso va para una segunda instancia, donde la decisión puede llevar seis meses o un año y medio. Si demora, él podrá postularse", indicó.

Las fuerzas políticas brasileñas aprovecharán el receso legislativo para debatir salidas viables, frente al desgaste notable que enfrenta la clase dirigente ante la opinión pública.

A nivel del gobierno existe un alto riesgo de que el tratamiento de la denuncia contra Temer en la Cámara de Diputados puede entrar en agosto en un verdadero "impasse".

Si por un lado la oposición precisa reunir 342 votos para autorizar el proceso, el gobierno también necesita reunir un quórum de 342 diputados para que sea rechazada en forma definitiva y ambas alternativas parecen por el momento improbables.

El gobierno y la oposición acordaron como fecha de votación el 2 de agosto, pero las limitaciones de ambos campos para hacer prevalecer su posición amenaza con postegar la definición hasta septiembre.

Ese cuadro complica la estrategia del gobierno, puesto que, cuanto más se retrase la votación, más oportunidades existen de que aparezcan nuevas denuncias contra Temer por parte del procurador general de la República, Rodrigo Janot, quien deja su cargo precisamente en septiembre.

Para la consultora de riesgo político Eurasia Group, la multiplicación de casos de corrupción y el fuerte rechazo de los ciudadanos a las cuestionadas prácticas del sistema político preparan el terreno para unas elecciones el año próximo, las cuales estarán dominadas por un deseo de renovación.

"Dada la profundidad del estancamiento económico en el país y el agotamiento del público con el mayor escándalo político y financiero en la historia moderna de Brasil, ese país está maduro para unas elecciones que realicen una limpieza. La condena por corrupción de esta semana del ex presidente Lula subraya ese punto", señaló la consultora en un informe.

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