RIO DE JANEIRO, 12 jul (Xinhua) -- El presidente de Brasil, Michel Temer, dijo hoy que el país pasa por un periodo de "desprecio absoluto por las instituciones".
Brasil experimenta un "fenómeno curioso" que se produce cada 25 o 30 años, y en el que surge la discusión sobre alterar las reglas y crear un nuevo Estado, afirmó el mandatario.
En un acto en el Palacio Presidencial de Planalto, Temer volvió a defender la estabilidad institucional, tras la crisis política desencadenada a raíz de la denuncia de la Fiscalía en su contra por el supuesto pago de sobornos desde 2010, como aseguró el empresario Joesley Batista, dueño de la multinacional cárnica JBS.
"Aquella cosa de total desprecio por las instituciones renace con mucha fuerza. Y todos comienzan a decir, mire, tenemos una crisis, tenemos que cambiar, recrear el Estado brasileño. Y eso es muy malo para nuestro país", señaló Temer.
El jefe de Estado agregó que la población brasileña tiene una "vocación" para centralizar el poder, lo cual, en su opinión, es incompatible con el "sistema democrático".
"A las personas les gusta tener un organismo que lo controle todo. Nuestra visión no es compatible con la descentralización y el sistema democrático", añadió Temer.
Temer también defendió las reformas promovidas por su gobierno, las cuales calificó de "atrevidas", a pesar de recibir muchas críticas, y se mostró esperanzado de que serán aprobadas por la sociedad, a la vez que reiteró su discurso de que no le importa ser popular en el presente, sino reconocido en el futuro.
"A diferencia de las medidas populistas, que son aplaudidas ahora y tienen consecuencias negativas más adelante, las medidas impopulares reciben resistencia al principio y luego aplausos", comentó Temer, cuyo futuro está en manos de la Cámara de Diputados, que analiza si acepta o no la denuncia en su contra presentada por la Fiscalía.
En caso de que la denuncia sea aprobada, Temer será apartado del cargo durante 180 días para enfrentar el proceso.