BEIJING, 21 jul (Xinhua) -- El diálogo es la clave para resolver las disputas en el Mar Meridional de China, y el enfoque de "doble vía" de China ofrece una oportunidad excelente para ello.
A pesar de todo el posible ruido discordante, los participantes en la actual reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) siempre deben tener en mente ese principio.
El enfoque de "doble vía" estipula que las disputas históricas deben gestionarse de manera pacífica y adecuada a través de conversaciones directas entre las partes involucradas, y China y los miembros de la ASEAN deben aunar esfuerzos para salvaguardar la paz y la estabilidad en el Mar Meridional de China.
Bajo el marco del enfoque de "doble vía", las partes directamente interesadas pueden discutir primero sobre las maneras de dejar de lado sus disputas, explorar de manera conjunta el Mar Meridional de China, y gestionar efectivamente las diferencias. Y después, las partes involucradas pueden buscar una solución viable y aceptable para todos a través de un diálogo amistoso.
En la otra "vía", China coopera con la ASEAN para implementar integralmente la Declaración sobre la Conducta de las Partes en el Mar Meridional de China (DOC), promover las consultas sobre el código de conducta sobre el Mar Meridional de China y para explorar nuevas maneras de cooperación entre China y otros países costeros de la región.
El enfoque de "doble vía" de China no solo cumple plenamente con el espíritu de resolver las disputas pacíficamente mediante conversaciones y negociaciones, defendido por la Carta de la ONU, sino también está conforme a una de las provisiones más importantes de la DOC.
El arbitraje sobre el Mar Meridional de China realizado en La Haya es claramente una desviación del enfoque de "doble vía". Filipinas inició unilateralmente el arbitraje ignorando un acuerdo alcanzado con China para resolver sus disputas mediante el diálogo, y abandonó completamente su solemne compromiso en la DOC.
La iniciación unilateral ignoró también los derechos legales a elegir cómo solucionar las disputas, que China disfruta como país firmante de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS, siglas en inglés), y como país soberano.
En cuanto al arbitraje, no puede negar la soberanía territorial de China y sus derechos marítimos en el Mar Meridional de China, ya que la soberanía y los derechos están formados a través del largo río de la historia y no necesitan la aprobación de otro país. Además, China declaró en 2006 que excluiría las disputas de delimitación marítima del arbitraje y otros procedimientos de solución obligatorios, algo permitido según la UNCLOS.
China ha dejado perfectamente claro que no aceptará el fallo emitido por el tribunal arbitral el 12 de julio, ni negociará con Filipinas sobre la base de ese veredicto.
Las islas del Mar Meridional de China han venido siendo territorio chino desde la antigüedad, y salvaguardar su propia soberanía territorial y sus derechos marítimos son las responsabilidades inevitables del Gobierno chino.
El pueblo chino aspira a la paz y defiende unas relaciones de buena vecindad, pero eso no significa que vaya a ceder cuando otros países violen la soberanía territorial y los derechos marítimos de su propio país. China ha mantenido desde el principio la cabeza fría respecto al Mar Meridional de China, aunque es justo tomar acciones defensivas cuando sea necesario.
El Mar Meridional de China merece la paz, no la guerra; merece el diálogo, no la confrontación. China tiene confianza en que es capaz, junto con la ASEAN, de garantizar la paz y la estabilidad del Mar Meridional de China.
