BUENOS AIRES, 20 jul (Xinhua) -- La profesora argentina de Derecho Internacional Público María Soledad Martinozzi cuestionó hoy la actuación del tribunal de arbitraje sobre el Mar Meridional de China por haber resuelto de manera indirecta sobre cuestiones de soberanía territorial, algo que está fuera de la jurisdicción de un tribunal de arbitraje.
En entrevista con Xinhua, la académica enfatizó que del análisis de la jurisdicción de un tribunal de la Corte Permanente de Arbitraje (CAP) surge que es "contradictoria y reprochable, en la medida en que en el resolutorio si bien no se expide sobre cuestiones de soberanía de modo directo, resuelve sobre derechos que le son inherentes".
El 12 de julio, el tribunal encargado del caso de arbitraje sobre el Mar Meridional de China, presentado unilateralmente por el anterior gobierno filipino, emitió su veredicto definitivo, en medio de las declaraciones de la comunidad internacional en el sentido de que ese tribunal no tenía jurisdicción y, por ello, su decisión era naturalmente nula e inválida.
En un comunicado de prensa acompañando al fallo de 479 páginas, el tribunal de cinco miembros ofreció un resumen de sus decisiones, que se situaron aplastantemente del lado de las reclamaciones presentadas por la administración del ahora ex presidente filipino Benigno S. Aquino III.
Para Martinozzi, el tribunal "se adentró en aquellas cuestiones que le han sido vedadas a mérito de la posición china respecto al artículo 298 de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS) al momento de la ratificación".
Ocurre que al ratificar la UNCLOS, China declaró, en virtud del artículo 298, que no iba a someter a los mecanismos de solución de controversias cuestiones relativas a títulos históricos, como las relacionadas a los espacios marítimos.
En enero de 2013, el gobierno de Filipinas solicitó el arbitraje y en febrero de ese año, el gobierno chino declaró que no participaría ni aceptaría ningún resultado del proceso.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de China indicó que el fallo "es nulo y sin valor y no tiene fuerza vinculante".
También acusó a Filipinas de obrar "de mala fe" y dijo que el objetivo no era solucionar la disputa ni mantener la paz y la estabilidad, sino sencillamente negar la soberanía territorial y los derechos e intereses marítimos de China.
"La conducta del tribunal de arbitraje y su fallo son injustos e ilegales", añade la declaración de la Cancillería.
El presidente de China, Xi Jinping, ha dicho que la soberanía territorial y los intereses marítimos de Beijing en el Mar Meridional de China no se verán afectados por el fallo bajo ninguna circunstancia.