BEIJING, 11 mar (Xinhua) -- Las acusaciones de que China está militarizando las islas y arrecifes del Mar Meridional de China a través de los esfuerzos de construcción tienen el objetivo de provocar tensiones y desestabilizar la situación en la región Asia-Pacífico.
Primero, China nunca ha buscado militarizar estas islas y arrecifes mediante sus esfuerzos constructivos. Si estos están militarizados depende de para qué se realizan las obras de infraestructuras.
De hecho, los esfuerzos de construcción de China incluyen no sólo las instalaciones de defensa necesarias, sino también las que están dedicadas, en gran medida, a la infraestructura civil. Cabe puntualizar que las instalaciones de esta naturaleza ayudan a la navegación de los aviones y las embarcaciones civiles en esta región.
Tal propósito también está conforme a las responsabilidades y obligaciones internacionales de China como un importante país en la región y en el mundo.
Segundo, no buscar militarizar las islas y arrecifes del Mar Meridional de China no significa que no se establezcan defensas.
A través de la construcción de las instalaciones de defensa en las islas y arrecifes de su propiedad, China ejerce los derechos de autoconservación y autodefensa, que están salvaguardados por el derecho internacional.
Las islas Nansha son territorios inherentes y soberanos de China. En este sentido, todos los descendientes chinos tienen la obligación de defenderlas. La escala de las instalaciones defensivas en estas islas depende de hasta qué punto se amenace la soberanía de China.
Tercero, a diferencia de las actividades normales de China realizadas en su propio territorio, es ilegal e inaceptable la construcción de infraestructuras por parte de otros países e, incluso, el despliegue de armas en islas y arrecifes chinos.
Por ejemplo, Filipinas ha construido y ampliado un aeropuerto en la isla china de Zhongye, así como un muelle y otras instalaciones allí. También construyó lo que denominó instalaciones turísticas en la citada isla y en las de Mahuan y Feixin, entre otras.
A su vez, Vietnam ha llevado a cabo una revindicación masiva de más de 20 islas y arrecifes ubicados en las islas Nansha, y simultáneamente construyó en ellos una cantidad considerable de instalaciones fijas como dársenas, una pista de aterrizaje, bases de misiles, edificios de oficinas, barracones y hoteles.
Algunos países, en especial Estados Unidos, han hecho la vista gorda a los hechos mencionados y han criticado a China por sus esfuerzos de construcción realizados en sus propias islas. Su verdadero propósito es desestabilizar la situación regional para así cumplir sus objetivos estratégicos.
A través de la exageración de los impactos de las actividades normales de China, Washington pretende forzar a otros países de la región a centrarse en este tema y llevar a cabo preparativos militares frente a riesgos "potenciales". La escalada de tensiones otorgará al Tío Sam un eje estratégico para su reequilibro hacia el Asia-Pacífico, una situación que ninguna nación amante de la paz quiere ver.
En cuanto a la resolución de las disputas territoriales marítimas, es aconsejable que los países involucrados busquen medios pacíficos a través de las negociaciones, al tiempo que, de manera conjunta, salvaguarden la paz y la estabilidad en el Mar Meridional de China.
China y la mayoría de los otros países de la región no permitirán ningún intento de enturbiar las aguas de este mar y desestabilizar el Asia-Pacífico, lo que al final tampoco beneficiaría a Washington, dado el papel de la región como importante fuerza motriz de la economía mundial.