LONDRES, 25 oct (Xinhua) -- A la par que trabajan en un gran proyecto de energía nuclear y colaboran en energías renovables, China y Reino Unido están preparados para redoblar sus esfuerzos a fin de moldear un futuro con bajas emisiones de carbono.
El primer ministro británico, David Cameron, calificó de "histórico" el acuerdo firmado entre empresas chinas y francesas para contruir una central nuclear en Hinkley Point, en el suroeste de Inglaterra, pues suministrará energía fiable y asequible a cerca de seis millones de hogares.
Además de la planta, las compañías chinas están también invirtiendo en iniciativas británicas de energías renovables (solar, eólica y biomasa) y, por ejemplo, el grupo SinoFortone anunció recientemente que invertiría en un proyecto para construir una central eléctrica de biomasa.
Las firmas chinas están también trabajando estrechamente con sus socios británicos para impulsar proyectos de transporte "limpio", como autobuses eléctricos y taxis ecológicos.
Todos estos proyectos ayudarán a Reino Unido no sólo a construir una economía más verde sino también a impulsar los intercambios de conocimiento y tecnología de bajas emisiones entre los dos países.
China y Reino Unidos consideran prioritaria la transición hacia niveles reducidos de carbono y están trabajando duro para afrontar los retos del cambio climático. En una declaración conjunta, se comprometieron a colaborar en varios campos, especialmente en la respuesta a ese fenómeno.
"Dado el gran interés comercial de China en desarrollar un sector global bajo en carbono y su cada vez mayor conciencia de que las inversiones en combustibles fósiles son un riesgo en un mundo limitado por el clima, tiene sentido que los inversores chinos insistan en que partes cada vez mayores de sus inversiones en el Reino Unido vayan al sector de las bajas emisiones".
Así se lo explicó a Xinhua Richard Black, director de la organización no gubernamental (ONG) Energy and Climate Intelligence Unit (ECIU).
A un ritmo sin precedentes e inesperado, China está emergiendo como "el agente dominante" en la economía mundial de bajas emisiones y hay muchas oportunidades para los países cuyos líderes políticos y empresariales se involucren y estén alerta, según un informe de la ECIU.
Dado que el crecimiento con bajas emisiones es generalmente muy intensivo tecnológicamente y en cuanto a capital, China todavía necesita de la tecnología y la inversión extranjeras, añadió.
El país asiático ha anunciado un plan para lanzar un sistema nacional de comercio de emisiones (ETS) que cubra generación eléctrica, acero, cemento y otros sectores de altas emisiones en 2017.En estos momentos tiene programas piloto en las ciudades de Beijing, Tianjin, Shanghai, Chongqing y Shenzen, así como en las provincias de Guangdong y Hubei.
Estos programas han recibido asistencia técnica de varios países europeos, entre ellos Reino Unido, cuya experiencia en sistemas de comercio de emisiones nacionales y europeos tiene un gran valor tanto para los dirigentes chinos como para las empresas implicadas, según el informe.
"Está claro que el mercado chino está abierto a este tipo de capacitación y experiencia", dijo Black.
A su juicio, "otro ámbito son los servicios de bajas emisiones, algo que incluye cosas como diseñar un sistema de comercio de carbono, establecer reglamentos efectivos y tratar con los problemas específicos de la financiación de la energía baja en carbono", explicó.
APUESTA POR EL CRECIMIENTO VERDE
A medida que se acerca la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se celebrará en diciembre en París, el impacto del cambio climático se ha convertido, una vez más, en el centro de las discusiones entre dirigentes y expertos mundiales.
Según una investigación publicada por la revista Nature Climate Change, las tierras secas cubrirán más de la mitad de la superficie terrestre en 2100 si siguen subiendo las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que tendría repercusiones desproporcionadas en los países en desarrollo y agravaría la pobreza y la degradación de la tierra.
En los últimos cinco años, China ha adoptado una serie de medidas cada vez más ambiciosas y comprometidas sobre el cambio climático y el desarrollo con bajas emisiones de carbono, según el documento de ECIU.
"El país asiático desempeña un papel positivo de liderazgo en las negociaciones climáticas de la ONU. Además, se ha convertido en el mayor inversor del mundo en energías renovables, al tiempo que, con rapidez, ha contenido e inluso ha invertido el crecimiento de su consumo de carbono", reza el texto.
"China ha demostrado un gran liderazgo con su nuevo compromiso de apoyar financieramente a los países más pobres", dijo el presidente del Instituto Grantham de Investigación sobre Cambio Climático y Medio Ambiente, Nicholas Stern, en reciente entrevista concedida a Xinhua.
En su opinión, es importante que China también se haya comprometido a promover la inversión en la infraestructura de bajo en carbono por parte de las economías en vías de desarrollo y emergentes, también a través de bancos nacionales y multilaterales.
El desarrollo de las tecnologías nuevas -apuntó- será de vital importancia en la lucha contra el cambio climático.
China también prometió una "Contribución Tentativa Nacionalmente Determinada" (INDC, siglas en inglés) para recortar las emisiones de dióxido de carbono por unidad del Producto Interior Bruto (PIB) entre un 60 y un 65 por ciento para 2030 respecto a los niveles de 2005, según el secretariado de la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático.
La segunda mayor economía del mundo prevé alcanzar la cima de sus emisiones de dióxido de carbono alrededor de 2030 y hará todo lo posible para alcanzar este objetivo en una fecha más temprana, según la INDC.
"Impulsada por las preocupaciones que despierta el cambio climático y el atractivo de un mercado de rápido crecimiento, China va a prevalecer tanto en política como en comercio en la transición mundial hacia un crecimiento bajo en carbono", señaló Black.
A su juicio, "claramente hay oportunidades para las empresas británicas si estas y el gobierno (británico) las aprovechan".