MADRID, 5 sep (Xinhua) -- La derrota de Rafael Nadal en el US Open ante el italiano Fabio Fognini, que le remontó las dos primeras mangas, por 3-6, 4-6, 6-4, 6-3 y 6-4, en tres horas y 46 minutos, ha certificado que el tenista español no arranca y sigue metido en un pozo de incertidumbre e inseguridad en su juego que le ha llevado a cerrar la temporada sin ganar un Grand Slam.
Nadal, que había llegado al US Open con muchas dudas en su juego, volvió a mostrar inconsistencia, y su gran espíritu de lucha no fue suficiente para lograr la victoria ante un rival que le había ganado ya dos veces este año.
Pese a que Nadal logró ganar los dos primeros set y le daba grandes opciones para llevarse el partido, al final bajó su eficacia y rendimiento ante un crecido Fognini, número 32 del mundo, que seguía dando golpes seguros y ganadores con demasiada facilidad, ante un público volcado con el español.
Nadal se retiró al vestuario triste y cabizbajo tras su derrota en la tercera ronda del Open neoyorquino y abatido sin saber con certeza si volverá a ser el que fue, ese ganador de 14 grades y es número uno mundial.
El debate está servido. Todos le aconsejan que cambie de entrenador, pero el actual número uno del mundo insiste en que seguirá con su preparador de toda la vida: "Si debo cambiar algo es a mí, no a los que me rodean", puntualizó.
Otros, sin embargo, mantienen que la solución pasa por un cambio de entrenador, como el mítico John McEnroe que resalta: "¿No es acaso el momento de ver sangre nueva en el equipo de Nadal? ¿Podemos decir eso?", explicó el ex tenista estadounidense.
McEnroe dijo que su actual entrenador y tío ha hecho un magnífico trabajo desde que era niño, y señaló: "le estoy diciendo que consiga un maldito nuevo entrenador", aunque no obstante cada vez son más las voces que recomiendan a Nadal un relevo en su banquillo, ya que achacan los discretos resultados a un anquilosamiento que nace en la figura del preparador, al hombre que le moldeó desde los cuatro años y con el que ha celebrado sus 14 títulos en torneos del Grand Slam, dice hoy la prensa deportiva española.
En definitiva, el debate se termina con un nuevo entrenador, pues el aficionado busca una explicación al mal juego de Rafael y piensa que lo mejor quizás sea cambiar de entrenador, pero "podría ser la solución, pero eso lo debe decidir él. Yo no me sentí responsable de sus victorias, como tampoco me siento responsable ahora de que tenga más dudas de lo normal", señaló hace un mes Toni, su actual entrenador.
Nadal, pese a que él mismo ha visto como las principales figuras del tenis actual han potenciado su rendimiento con golpes de efecto, traducidos en las coordenadas de sus nuevos técnicos, en casos como Novak Djokovic (perfeccionado por Boris Becker), Roger Federer (Stefan Edberg) o Andy Murray (Amélie Mauresmo), no piensa cambiar de guion.
"Con Toni hasta el final. Por los siglos de los siglos", matizó el tenista español.
