BEIJING, 12 ago (Xinhua) -- Es una vergüenza que las especulaciones sobre el discurso que el primer ministro japonés Shinzo Abe pronunciará el viernes, un día antes del 70º aniversario de la rendición de Japón, todavía sean acaloradas.
Esto sólo genera más dudas sobre la sinceridad del gobierno japonés respecto de la agresión pasada.
Se han transmitido señales contradictorias por los medios japoneses. La radiodifusora pública NHK informó que la declaración incluirá palabras clave como "disculpa", "agresión", "profundo remordimiento" y "dominio colonial", mientras que Kyodo News indicó que podría incluir "profundo remordimiento", pero no "disculpa".
La tormenta no ha pasado porque Abe decepcionó a los países víctimas de Japón durante la guerra con su discurso pronunciado en abril en la Cumbre Asia-Africa en Indonesia, en el que no se disculpó después de expresar un profundo remordimiento. El discurso es considerado una versión previa del que Abe pronunciará el viernes.
El presunto cambio de fecha en la que Abe dará el discurso, programado en un principio para el 15 de agosto, muestra que no está conforme con la convención.
El 15 de agosto de 1999, el entonces primer ministro Tomiichi Murayama se disculpó en público por el daño y sufrimiento que Japón infligió a los países durante la guerra.
El histórico mensaje de Murayama fue bien recibido tanto en China como en República de Corea por su sinceridad. Sus palabras fueron retomadas por el primer ministro Junichiro Koizumi en 2005.
El aceptar la historia merece el respeto de todos y no hay lugar para buscar la fama en este escenario.
Retomar la histórica Declaración Murayama es el primer paso que Abe debe tomar si realmente quiere que la historia siga en una dirección correcta en una ocasión en la que las personas amantes de la paz en Asia y el resto del mundo conmemorarán el 70º aniversario del fin de la guerra.
Cualquier intento de atenuar o desviarse de la Declaración Murayama no sólo dañará la reputación internacional forjada por el pueblo japonés en un período de cerca de 70 años, también afectará el proceso de reconciliación con sus vecinos asiáticos, incluyendo a China y República de Corea.
Para una paz regional duradera y buena, la declaración ofrece una oportunidad histórica para Abe, quien debe aprovecharla.