HUNAN, 9 septiembre, 2019 (Xinhua) -- Tang Shangjun cocina en su hogar en la aldea de Wuhan, en el distrito de Anhua, en la ciudad de Yiyang, en la provincia de Hunan, en el centro de China, el 8 de septiembre de 2019. Una solitaria casa de madera en un área montañosa cubierta de árboles es utilizada por Tang Shangjun desde hace más de 20 años como vivienda y salón de clases. Tang Shangjun es un maestro de 92 años de edad que empezó a instruir a niños del área cuyos padres migraron a otros lugares a trabajar, sin cobrarles nada. Tang inició esta labor en 1997, 10 años después de que se había jubilado de su trabajo de profesor. Debido a que la aldea tiene acceso limitado a recursos didácticos, Tang Shangjun viaja hacia el distrito de Anhua, y algunas veces hasta Beijing, para poder comprar los materiales que requiere para sus clases. El además lee distintos libros y toma notas diariamente para poder aumentar su arsenal de preguntas para los exámenes que realiza a sus alumnos. "Mientras los niños quieran estudiar, yo seguiré en mi labor, aunque me quede una pulgada de vida". dice Tang. (Xinhua/Chen Zeguo)
HUNAN, 9 septiembre, 2019 (Xinhua) -- Tang Shangjun lee un periódico en su hogar en la aldea de Wuhan, en el distrito de Anhua, en la ciudad de Yiyang, en la provincia de Hunan, en el centro de China, el 7 de septiembre de 2019. Una solitaria casa de madera en un área montañosa cubierta de árboles es utilizada por Tang Shangjun desde hace más de 20 años como vivienda y salón de clases. Tang Shangjun es un maestro de 92 años de edad que empezó a instruir a niños del área cuyos padres migraron a otros lugares a trabajar, sin cobrarles nada. Tang inició esta labor en 1997, 10 años después de que se había jubilado de su trabajo de profesor. Debido a que la aldea tiene acceso limitado a recursos didácticos, Tang Shangjun viaja hacia el distrito de Anhua, y algunas veces hasta Beijing, para poder comprar los materiales que requiere para sus clases. El además lee distintos libros y toma notas diariamente para poder aumentar su arsenal de preguntas para los exámenes que realiza a sus alumnos. "Mientras los niños quieran estudiar, yo seguiré en mi labor, aunque me quede una pulgada de vida". dice Tang. (Xinhua/Chen Zeguo)
HUNAN, 9 septiembre, 2019 (Xinhua) -- Tang Shangjun lee un libro con la ayuda de una lupa, en su hogar en la aldea de Wuhan, en el distrito de Anhua, en la ciudad de Yiyang, en la provincia de Hunan, en el centro de China, el 7 de septiembre de 2019. Una solitaria casa de madera en un área montañosa cubierta de árboles es utilizada por Tang Shangjun desde hace más de 20 años como vivienda y salón de clases. Tang Shangjun es un maestro de 92 años de edad que empezó a instruir a niños del área cuyos padres migraron a otros lugares a trabajar, sin cobrarles nada. Tang inició esta labor en 1997, 10 años después de que se había jubilado de su trabajo de profesor. Debido a que la aldea tiene acceso limitado a recursos didácticos, Tang Shangjun viaja hacia el distrito de Anhua, y algunas veces hasta Beijing, para poder comprar los materiales que requiere para sus clases. El además lee distintos libros y toma notas diariamente para poder aumentar su arsenal de preguntas para los exámenes que realiza a sus alumnos. "Mientras los niños quieran estudiar, yo seguiré en mi labor, aunque me quede una pulgada de vida". dice Tang. (Xinhua/Chen Zeguo)
HUNAN, 9 septiembre, 2019 (Xinhua) -- Tang Shangjun (i), imparte una clase particular a un grupo de alumnos, en su hogar en la aldea de Wuhan, en el distrito de Anhua, en la ciudad de Yiyang, en la provincia de Hunan, en el centro de China, el 8 de septiembre de 2019. Una solitaria casa de madera en un área montañosa cubierta de árboles es utilizada por Tang Shangjun desde hace más de 20 años como vivienda y salón de clases. Tang Shangjun es un maestro de 92 años de edad que empezó a instruir a niños del área cuyos padres migraron a otros lugares a trabajar, sin cobrarles nada. Tang inició esta labor en 1997, 10 años después de que se había jubilado de su trabajo de profesor. Debido a que la aldea tiene acceso limitado a recursos didácticos, Tang Shangjun viaja hacia el distrito de Anhua, y algunas veces hasta Beijing, para poder comprar los materiales que requiere para sus clases. El además lee distintos libros y toma notas diariamente para poder aumentar su arsenal de preguntas para los exámenes que realiza a sus alumnos. "Mientras los niños quieran estudiar, yo seguiré en mi labor, aunque me quede una pulgada de vida". dice Tang. (Xinhua/Chen Zeguo)
HUNAN, 9 septiembre, 2019 (Xinhua) -- Tang Shangjun (i), se despide de un alumno después de una clase, en su hogar en la aldea de Wuhan, en el distrito de Anhua, en la ciudad de Yiyang, en la provincia de Hunan, en el centro de China, el 8 de septiembre de 2019. Una solitaria casa de madera en un área montañosa cubierta de árboles es utilizada por Tang Shangjun desde hace más de 20 años como vivienda y salón de clases. Tang Shangjun es un maestro de 92 años de edad que empezó a instruir a niños del área cuyos padres migraron a otros lugares a trabajar, sin cobrarles nada. Tang inició esta labor en 1997, 10 años después de que se había jubilado de su trabajo de profesor. Debido a que la aldea tiene acceso limitado a recursos didácticos, Tang Shangjun viaja hacia el distrito de Anhua, y algunas veces hasta Beijing, para poder comprar los materiales que requiere para sus clases. El además lee distintos libros y toma notas diariamente para poder aumentar su arsenal de preguntas para los exámenes que realiza a sus alumnos. "Mientras los niños quieran estudiar, yo seguiré en mi labor, aunque me quede una pulgada de vida". dice Tang. (Xinhua/Chen Zeguo)
HUNAN, 9 septiembre, 2019 (Xinhua) -- Tang Shangjun revisa materiales didácticos que compró para impartir sus clases, en su hogar en la aldea de Wuhan, en el distrito de Anhua, en la ciudad de Yiyang, en la provincia de Hunan, en el centro de China, el 8 de septiembre de 2019. Una solitaria casa de madera en un área montañosa cubierta de árboles es utilizada por Tang Shangjun desde hace más de 20 años como vivienda y salón de clases. Tang Shangjun es un maestro de 92 años de edad que empezó a instruir a niños del área cuyos padres migraron a otros lugares a trabajar, sin cobrarles nada. Tang inició esta labor en 1997, 10 años después de que se había jubilado de su trabajo de profesor. Debido a que la aldea tiene acceso limitado a recursos didácticos, Tang Shangjun viaja hacia el distrito de Anhua, y algunas veces hasta Beijing, para poder comprar los materiales que requiere para sus clases. El además lee distintos libros y toma notas diariamente para poder aumentar su arsenal de preguntas para los exámenes que realiza a sus alumnos. "Mientras los niños quieran estudiar, yo seguiré en mi labor, aunque me quede una pulgada de vida". dice Tang. (Xinhua/Chen Zeguo)
HUNAN, 9 septiembre, 2019 (Xinhua) -- Tang Shangjun (i), le enseña física a un alumno, en su hogar en la aldea de Wuhan, en el distrito de Anhua, en la ciudad de Yiyang, en la provincia de Hunan, en el centro de China, el 7 de septiembre de 2019. Una solitaria casa de madera en un área montañosa cubierta de árboles es utilizada por Tang Shangjun desde hace más de 20 años como vivienda y salón de clases. Tang Shangjun es un maestro de 92 años de edad que empezó a instruir a niños del área cuyos padres migraron a otros lugares a trabajar, sin cobrarles nada. Tang inició esta labor en 1997, 10 años después de que se había jubilado de su trabajo de profesor. Debido a que la aldea tiene acceso limitado a recursos didácticos, Tang Shangjun viaja hacia el distrito de Anhua, y algunas veces hasta Beijing, para poder comprar los materiales que requiere para sus clases. El además lee distintos libros y toma notas diariamente para poder aumentar su arsenal de preguntas para los exámenes que realiza a sus alumnos. "Mientras los niños quieran estudiar, yo seguiré en mi labor, aunque me quede una pulgada de vida". dice Tang. (Xinhua/Chen Zeguo)
HUNAN, 9 septiembre, 2019 (Xinhua) -- Tang Shangjun prepara una clase para sus alumnos, en su hogar en la aldea de Wuhan, en el distrito de Anhua, en la ciudad de Yiyang, en la provincia de Hunan, en el centro de China, el 8 de septiembre de 2019. Una solitaria casa de madera en un área montañosa cubierta de árboles es utilizada por Tang Shangjun desde hace más de 20 años como vivienda y salón de clases. Tang Shangjun es un maestro de 92 años de edad que empezó a instruir a niños del área cuyos padres migraron a otros lugares a trabajar, sin cobrarles nada. Tang inició esta labor en 1997, 10 años después de que se había jubilado de su trabajo de profesor. Debido a que la aldea tiene acceso limitado a recursos didácticos, Tang Shangjun viaja hacia el distrito de Anhua, y algunas veces hasta Beijing, para poder comprar los materiales que requiere para sus clases. El además lee distintos libros y toma notas diariamente para poder aumentar su arsenal de preguntas para los exámenes que realiza a sus alumnos. "Mientras los niños quieran estudiar, yo seguiré en mi labor, aunque me quede una pulgada de vida". dice Tang. (Xinhua/Chen Zeguo)
HUNAN, 9 septiembre, 2019 (Xinhua) -- Tang Shangjun (c-frente), imparte una clase a un grupo de alumnos, en su hogar en la aldea de Wuhan, en el distrito de Anhua, en la ciudad de Yiyang, en la provincia de Hunan, en el centro de China, el 7 de septiembre de 2019. Una solitaria casa de madera en un área montañosa cubierta de árboles es utilizada por Tang Shangjun desde hace más de 20 años como vivienda y salón de clases. Tang Shangjun es un maestro de 92 años de edad que empezó a instruir a niños del área cuyos padres migraron a otros lugares a trabajar, sin cobrarles nada. Tang inició esta labor en 1997, 10 años después de que se había jubilado de su trabajo de profesor. Debido a que la aldea tiene acceso limitado a recursos didácticos, Tang Shangjun viaja hacia el distrito de Anhua, y algunas veces hasta Beijing, para poder comprar los materiales que requiere para sus clases. El además lee distintos libros y toma notas diariamente para poder aumentar su arsenal de preguntas para los exámenes que realiza a sus alumnos. "Mientras los niños quieran estudiar, yo seguiré en mi labor, aunque me quede una pulgada de vida". dice Tang. (Xinhua/Chen Zeguo)
HUNAN, 9 septiembre, 2019 (Xinhua) -- Tang Shangjun revisa unas anotaciones para impartir una clase, en su hogar en la aldea de Wuhan, en el distrito de Anhua, en la ciudad de Yiyang, en la provincia de Hunan, en el centro de China, el 7 de septiembre de 2019. Una solitaria casa de madera en un área montañosa cubierta de árboles es utilizada por Tang Shangjun desde hace más de 20 años como vivienda y salón de clases. Tang Shangjun es un maestro de 92 años de edad que empezó a instruir a niños del área cuyos padres migraron a otros lugares a trabajar, sin cobrarles nada. Tang inició esta labor en 1997, 10 años después de que se había jubilado de su trabajo de profesor. Debido a que la aldea tiene acceso limitado a recursos didácticos, Tang Shangjun viaja hacia el distrito de Anhua, y algunas veces hasta Beijing, para poder comprar los materiales que requiere para sus clases. El además lee distintos libros y toma notas diariamente para poder aumentar su arsenal de preguntas para los exámenes que realiza a sus alumnos. "Mientras los niños quieran estudiar, yo seguiré en mi labor, aunque me quede una pulgada de vida". dice Tang. (Xinhua/Chen Zeguo)
HUNAN, 9 septiembre, 2019 (Xinhua) -- Tang Shangjun (frente), y su alumno, suben por las escaleras previo a una clase, en su hogar en la aldea de Wuhan, en el distrito de Anhua, en la ciudad de Yiyang, en la provincia de Hunan, en el centro de China, el 8 de septiembre de 2019. Una solitaria casa de madera en un área montañosa cubierta de árboles es utilizada por Tang Shangjun desde hace más de 20 años como vivienda y salón de clases. Tang Shangjun es un maestro de 92 años de edad que empezó a instruir a niños del área cuyos padres migraron a otros lugares a trabajar, sin cobrarles nada. Tang inició esta labor en 1997, 10 años después de que se había jubilado de su trabajo de profesor. Debido a que la aldea tiene acceso limitado a recursos didácticos, Tang Shangjun viaja hacia el distrito de Anhua, y algunas veces hasta Beijing, para poder comprar los materiales que requiere para sus clases. El además lee distintos libros y toma notas diariamente para poder aumentar su arsenal de preguntas para los exámenes que realiza a sus alumnos. "Mientras los niños quieran estudiar, yo seguiré en mi labor, aunque me quede una pulgada de vida". dice Tang. (Xinhua/Chen Zeguo)