Igual que en el debut de ambos equipos en el torneo, cuando terminaron empatando a dos tras adelantarse la albiceleste 2-0 en la primera mitad, Paraguay sacó su orgullo y estiró sus líneas, ante una Argentina que bajó un pistón su intensidad con los dos goles a favor. Así, justo antes del descanso, Nelson Haedo Váldez se anticipó por alto a Pastore en el centro del campo tras un despeje de la defensa argentina y el balón le cayó a los pies de Barrios, que avanzó hasta la frontal para mandar un bombazo al fondo de la red de Sergio Romero.
En el descuento de la primera mitad, Bobadilla perdonó el empate, en una jugada dentro del área argentina en la que, tras dejar sentado en el suelo a Rojo, acabó mandando su disparo fa portería alto, sin oposición. Fue un susto que probablemente provocó la alerta del "Tata" Martino a sus jugadores en el vestuario y quizás una bronca, pero lo cierto es que Argentina salió con todo en la segunda mitad.
Cuando muchos espectadores aún no habían regresado a su asiento, Argentina recuperó una pelota en la zona de medios, el balón le llegó a Pastore y este lo abrió desde el centro a la izquierda, donde entró el "Fideo" Di María en carrera para batir al veteranoVillar y aparcar fantasmas. Paraguay se lanzó al ataque y estuvo a punto de provocar más de un error del portero y la defensa argentina con su presión, pero se encontró con un nuevo contraataque dirigido magistralmente por Messi. El capitán de la albiceleste cogió el balón en los tres cuartos de campo, se deshizo de Cáceres y tras un caño a Bruno Valdez, abrió el balón a la izquierda a Pastore. El portero paraguayo logró despejar el remate del argentino, aunque el balón le cayó a los pies de Di María, quien sólo en el otro lado de la portería, puso el 4-1 que enterraba cualquier intentó de reacción paraguaya.
Con el partido sentenciado, Gerardo Martino no quiso arriesgar y sustituyó a Javier Mascherano, apercibido de sanción, para dar entrada a Fernando Gago. No obstante, otro de los amenazados de sanción, Leo Messi, continuó en el campo, algo que es siempre un martirio para los rivales. El azulgrana continuó su festival repartiendo juego a sus compañeros y tras una buena combinación en el centro, abrió a la izquierda para Di María, quien la puso perfectamente en la cabeza de Sergio Agüero para que el pequeño delantero hiciera el quinto.
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