PHNOM PENH, 17 jul (Xinhua) -- Varios expertos camboyanos han expresado su preocupación por la posibilidad de que los proyectos de ley en materia de seguridad impulsados por el primer ministro japonés, Shinzo Abe, causen inseguridad, miedo y desconfianza entre los países asiáticos.
Estos comentarios fueron realizados después de que el jueves la coalición gobernante liderada por Abe impusiese una serie de proyectos de ley de seguridad en la todo poderosa cámara baja de la Dieta (Parlamento japonés).
Estos textos legislativos darán a la Fuerzas de Autodefensa de Japón (FAD) un mayor rol en todo el mundo. Bajo la nueva legislación, las FAD podrán ser enviadas al extranjero para participar en conflictos armados y ayudar a defender a sus amigos y aliados incluso si el propio Japón no es atacado.
El director del Departamento de Cooperación Internacional de la Universidad Eurasiática, con sede en Phnom Penh, Joseph Matthews, afirmó que las consecuencias de la aprobación de la legislación serán de largo alcance y peligrosas.
"La promulgación de estos proyectos de ley desencadenará inseguridad, miedo y desconfianza entre todos los países asiáticos, especialmente en el bloque de la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático)", señaló Matthews a Xinhua.
"Esta acción también conducirá a una carrera armamentística entre los vecinos inmediatos de Japón, como la República de Corea y la República Popular Democrática de Corea (RPDC). Todos los esfuerzos para contener el programa nuclear de la RPDC se irán a la ruina a causa de la última maniobra de Japón", argumentó.
"La ramificación de esta promulgación será extensa, desde lo económico a lo político y desde lo diplomático hasta lo estratégico", añadió.
Matthews aseguró que los proyectos de ley de seguridad de Abe son una violación abierta del artículo 9 de la Constitución pacifista del país, adoptada tras la Segunda Guerra Mundial, que prohíbe a Japón convertirse en una potencia militar y sólo le permite el rearme de sus fuerzas armadas para propósitos de autodefensa.
El experto opinó que los proyectos de ley fueron elaborados para adaptarse a la inspiración de los nacionalistas japoneses, que no desean aceptar el ascenso de China como una potencia económica mundial.
"Estos elementos nacionalistas en Japón pintan el éxito económico de China como una gran amenaza a la sociedad nipona, lo cual es absolutamente erróneo y fabricado por estos belicosos", esgrimió.
Entre tanto, Chheang Vannarith, cofundador y presidente del Instituto Camboyano de Estudios Estratégicos, aseguró que Japón está invirtiendo más en seguridad y defensa para contrarrestar el ascenso de China.
"La revisión de la política de seguridad pretende fundamentalmente poner a China en jaque, pero podría profundizar la desconfianza estratégica entre Japón y China y otras naciones asiáticas que aún recuerdan las atrocidades cometidas por Japón durante la Segunda Guerra Mundial", dijo.
Según el experto, "la ANSEA da la bienvenida en general a un papel activo en seguridad por parte de Japón" pero este papel "debería centrarse en la seguridad humana".
Para Pou Sothirak, director general del Instituto Camboyano para la Paz y la Cooperación, los proyectos legislativos de Abe fueron elaborados con un telón de fondo: la preocupación de Japón por el auge de China, su impacto en la estabilidad del sureste y el este de Asia, y la necesidad de proteger los intereses nacionales nipones.
"Aunque Japón sigue confiando en gran medida en su alianza con EEUU para mantener la región estable, ha llegado a la conclusión de que tiene que contar más consigo mismo de manera más independiente en lo se refiere a defender los intereses nacionales del país, incluida la disputa territorial con China en el Mar Meridional de China", explicó.
A su juicio, con el cambio de las dinámicas de poder, Japón no se puede permitir depender totalmente de una potencia exterior para mantener y proteger sus intereses nacionales.
"El mayor desafío para el gobierno de Abe en cuanto a la legislación sobre seguridad es, a nivel nacional, cómo superar las actuales limitaciones legales, políticas e institucionales y, a nivel externo, superar el déficit de confianza causado por cuestiones históricas", manifestó.
Según el especialista camboyano, los proyectos de ley reflejan la motivación de Tokio de desempeñar un papel más activo para controlar lo que percibe como influencia china en los foros multilaterales del este y el sureste de Asia.
"Esta implicación añade un gran incentivo para que Japón envíe señales más claras al mundo entero de que representa, de hecho, un poder bastante significativo también en lo que concierne a la emergencia del nuevo equilibrio estratégico y diplomático que moldea el entorno de seguridad política en el Este y el Sureste asiáticos", afirmó.
Sin embargo, añadió, existe inquietud por que Japón pueda convertirse de nuevo en una potencia militar que, según los críticos, podría amenazar la paz y la estabilidad en la región si se le permite seguir su camino "sin supervisión".