NACIONES UNIDAS, 18 may (Xinhua) -- La misión de mantenimiento de paz de la ONU en Sudán del Sur indicó hoy que está profundamente preocupada por un nuevo ciclo de violencia en este país en donde la crisis humanitaria ya es alarmante luego de más de un año de conflicto.
Las fuerzas opositoras de Sudán del Sur perpetraron el viernes un ataque en Malakal, en el estado de Upper Nile, y los enfrentamientos continuaron durante el fin de semana, indicó el vocero de la ONU Farhan Haq durante la conferencia de prensa regular.
Haq señaló que la Misión de Naciones Unidas en Sudán del Sur (Unmiss, por sus siglas en inglés) condenó en términos enérgicos este nuevo ciclo de violencia y la violación al acuerdo de cese al fuego.
La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH) señaló que los enfrentamientos cerca de un campamento de refugiados de la organización dejaron civiles lesionados.
El coordinador humanitario para Sudán del Sur, Toby Lanzer, citado por Haq, dijo que "las operaciones militares en los estados de Unity y Upper Nile en los últimos tres días volvieron a destrozar incontables vidas" y hubo violación y asesinato de civiles, incluyendo a niños.
La Unmiss pidió a todas las partes concluir un acuerdo de paz integral lo más pronto posible y reiteró que "no puede haber una solución militar al conflicto", señaló Haq.
Las agencias y socios humanitarios de la ONU están haciendo frente a las inmensas consecuencias humanitarias de la violencia, la cual ha dejado a más de 650.000 civiles sin ayuda vital, dijo Haq.
Sudán del Sur, país que obtuvo su independencia en 2011, se sumergió en la violencia en diciembre de 2013 cuando estallaron los enfrentamientos entre las tropas leales al presidente Salva Kiir y los desertores dirigidos por el ex vicepresidente Riek Machar.
El conflicto pronto desembocó en una guerra abierta y la violencia adquirió una dimensión étnica que enfrentó a la tribu dinka del presidente con el grupo étnico nuer de Machar. Los enfrentamientos han provocado la muertes de miles de sursudaneses y han dejado sin hogar a alrededor de dos millones de personas.