BEIJING, 26 abr (Xinhua) -- La sensibilidad es seductora, no obstante, respecto a intereses nacionales e internacionales, un hombre sensato siempre elige el sentido en vez de la sensibilidad, y el pragmatismo en vez del micawberismo.

En un momento en el que el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, realizará una visita de alto perfil a Estados Unidos a partir del domingo, debe resistir a los impulsos derechistas, nacionalistas y revisionistas, y dar esta vez declaraciones más prudentes, y por lo tanto más sabias.

En el Capitolio de Washington, bajo el foco de atención de los medios de comunicación globales, Abe debe aprovechar la oportunidad para mostrar su remordimiento por la fanfarronería derechista de Japón durante los últimos años, y para pedir las tan esperadas disculpas por los crímenes perpetrados por su país durante los tiempos de guerra, en voz alta y clara.

Sin embargo, según las informaciones de la prensa sobre el borrador del futuro discurso que Abe pronunciará ante el Congreso estadounidense, el texto, como otras declaraciones públicas que ha realizado hasta ahora, está lleno, sin arrepentimiento, por juegos de palabras sobre la historia y por retórica sobre contener a China.

Además, Abe ha manifestado que no tiene intención de repetir las disculpas que han pedido sus antecesores, ni siquiera en su declaración sobre la Segunda Guerra Mundial que realizará posteriormente este mismo año.

Estas decisiones desenfrenadas, con cálculos especulativos para complacer a los derechistas japoneses, son en realidad una bofetada en la cara de Washington.

Igual que otros países aliados, las naciones asiáticas en particular, el propio EEUU también sufrió de grandes pérdidas humanas por los horrendos asaltos de Japón durante la Segunda Guerra Mundial, y asimismo realizó enormes sacrificios para derrotar al país insular.

Es hora de que el premier Abe recurra a la prudencia, en lugar de a los impulsos nacionalistas, durante su visita de una semana a EEUU, evitando enviar mensajes desafiantes respecto a la historia y a los temas territoriales que contradicen sus reclamos anteriores como defensor de la paz.

Por su parte, Washington debe abstenerse de utilizar a Japón como herramienta para perseguir su política de décadas de antigüedad de contener a China, promoviendo su iniciativa de "pivotar hacia Asia".

Además, los hechos han demostrado que un aliado tan caprichoso y provocador como Japón, es quien da problemas. Con frecuencia, Tokio ha sacudido la estabilidad en la región Asia-Pacífico, y ha metido a Washington en las discusiones que él mismo provoca sobre los temas territoriales con sus vecinos, y relacionados con su pasado militarista.

El presidente de EEUU, Barack Obama, debe también mantenerse vigilante para no verse atraído por las declaraciones derechistas de Abe durante la visita.

Es un consenso entre los líderes de China y EEUU que las dos economías más grandes del mundo deben aferrarse a la cooperación, en lugar de a la confrontación.