COMENTARIO: Cuba-Estados Unidos: ¿Qué quieres tú de mí?

Actualizado 2015-07-02 10:00:14 | Spanish. xinhuanet. com

LA HABANA, 1 jul (Xinhua) -- El anuncio mutuo hoy, en La Habana y Washington, sobre el restablecimiento de las relaciones bilaterales y la próxima apertura de sendas embajadas en esas capitales es considerado un importante paso entre ambos países.

En opinión generalizada en la ínsula, este es un proceso irreversible e indetenible, y muy esperado por dos pueblos vecinos, que por un diferendo político y un obsoleto bloqueo de 54 años, se han perdido décadas de colaboración económica, intercambios científicos, artísticos y académicos, y, sobre todo, de amistad.

En pos de llegar a este punto, las partes han resuelto varias diferencias, y en ello destaca el paso dado por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien retiró a Cuba de la lista norteamericana de "Países patrocinadores del terrorismo", lo cual era un reclamo de la isla, mientras quedan pendientes otros temas.

Entre los escollos que aún hay que saltar quedan los reclamos de Cuba para que Washington le devuelva el territorio ocupado en Guantánamo (en el sureste de la isla), ponga fin al bloqueo que obstaculiza su desarrollo y ordene el cese de las campañas y transmisiones radio-televisivas anticubanas que se producen desde Estados Unidos.

La mayor de las Antillas exige, asimismo, que se respeten su soberanía e independencia y su rumbo socialista, y que las relaciones bilaterales sean respetuosas y de cooperación basadas en los principios de la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional.

El gobierno cubano también ha objetado los cursos impartidos a nacionales en la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, descritos por los norteños como de periodismo e informática, pero que la isla considera con matiz político e injerencista, en tanto Washington demanda libertad de movimiento para sus diplomáticos en la isla.

Un obstáculo a este acercamiento es el remanente de la emigración política cubana de los años 60 del pasado siglo, cuyos cabecillas han vivido y lucrado a costa de fomentar una hostilidad que más que dirigida contra el gobierno revolucionario, ha dañado directamente al pueblo cubano, a su propia nación de origen, a la Patria que dicen añorar.

Pero el esfuerzo conjunto para un entendimiento y el empuje de ambas naciones han sido tan significativos, que ya nadie piensa en un eventual fracaso de estas negociaciones, sino en la próxima normalización de los vínculos bilaterales.

Algunos neófitos creen que solo la isla caribeña saldría beneficiada con la reanudación de estos nexos, cuando en realidad su avance será mutuamente ventajoso en todas las esferas, y como en la canción romántica "¿Qué quieres tú de mí?", ambas partes tienen mucho que intercambiar en cuanto a ciencia, tecnología, mercado, comercio, materias primas y productos.

Cuba posee una importante industria de níquel, tabaco, ron, mariscos, productos biotecnológicos y farmacéuticos, y en menor escala, de azúcar y otros renglones, y también exporta servicios técnicos, educacionales y médicos, y un mercado creciente, en una posición geográfica muy favorable.

Solo en la parte comercial, los intercambios serían mutuamente ventajosos, ya que los norteamericanos podrían adquirir sin trabas las producciones de la isla, y a su vez colmar el mercado cubano de artículos que el país antillano no produce, y que serían más que bienvenidos.

A ello se suman las perspectivas en la lucha conjunta contra el narcotráfico regional, las pandemias y el terrorismo internacional, y la colaboración en las áreas social, académica, cultural, deportiva y otras, en las que ambos pueblos y gobiernos han obtenido notables triunfos, y tienen mucha experiencia que compartir, incluso con terceras naciones.

En las calles habaneras no faltan los jocosos que dicen estar esperando la apertura de un puesto de (hamburguesas) McDonald en la esquina de su casa, mientras otros están ávidos de consumir los más disímiles artículos que por décadas les estuvieron vedados por el bloqueo estadounidense.

Más que lo material, muchos esperan que en lo adelante se vayan cerrando heridas y olvidando enemistades, a fin de que a los cubanos y sus familiares en Estados Unidos se les faciliten más la comunicación y las visitas, que los norteamericanos puedan hacer turismo en los bellos parajes y hoteles de la ínsula.

Otro logro de este esfuerzo sería, sin duda, que cubanos y estadounidenses pudieran compartir sin trabas en congresos, eventos deportivos y en investigaciones científicas, pero el mayor de todos sería que ambas naciones trabajaran unidas por la paz y el desarrollo.

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