Por Rogelio del Río
LA HABANA, 1 jun (Xinhua) -- La temporada ciclónica de este año en el Atlántico Norte, mar Caribe y Golfo de México comenzó hoy de manera oficial y especialistas cubanos pronostican que pudiera resultar "menos activa de lo normal".
Expertos del Centro de Pronósticos del Instituto nacional de Meteorología (Insmet) vaticinan que en la nueva etapa de ciclones, que se extiende hasta el 30 de noviembre, podrían formarse en el área ocho fenómenos, entre tormentas tropicales y huracanes.
En una temporada considerada "normal" por los científicos se producen de 10 a 12 tormentas tropicales, seis de ellas alcanzan la fuerza de huracanes y dos son bastante fuertes, es decir, de categoría tres o mayor en la escala Saffir-Simpson, cuyo nivel máximo es cinco.
De acuerdo con los cálculos, de las ocho tormentas --vientos superiores a 63 kilómetros por hora-- pronosticadas para esta temporada tres alcanzarían la categoría de huracán --más de 118 km/h.
Como causa principal se plantea la presencia del evento El Niño/Oscilación del Sur (ENOS) en el océano Pacífico ecuatorial oriental, que continuará su desarrollo en los próximos meses.
El ENOS reduce la actividad ciclónica al generar fuertes vientos del Oeste en la atmósfera superior (cizalladura vertical), capaces de entorpecer en gran medida el surgimiento e intensificación de ciclones al impedir que la energía pueda concentrarse en la columna de aire en la altura.
Para este período ciclónico en la región, los nombres aprobados por el Comité de Huracanes de la Región IV de la Organización Meteorológica Mundial son Ana, Bill, Claudette, Danny, Erika, Fred, Grace, Henri, Ida, Joaquín, Kate, Larry, Mindy, Nicholas, Odette, Peter, Rose, Sam, Teresa, Victor y Wanda.
Como el pasado 7 de mayo surgió una tormenta tropical extemporánea y se denominó Ana, el siguiente organismo en formarse se llamará Bill.
Maritza Ballester, especialista del Centro de Pronósticos, advirtió que Cuba debe estar preparada pues no está exenta del peligro de afectación por algún organismo ciclónico.
De manera habitual, las autoridades cubanas siempre alertan ante el inicio de las temporadas ciclónicas, como parte de una estrategia para la reducción de riesgo de desastres naturales, que es una prioridad oficial y la prevención desempeña un rol importante.
La temporada 2014 tuvo un comportamiento similar y fue considerada la menos activa del actual siglo en el Atlántico tropical tras reportarse ocho organismos con nombre, de los cuales seis alcanzaron la categoría de huracán.
Por segundo año consecutivo, la isla caribeña escapó ilesa del azote de los ciclones tropicales, que constituyen el principal fenómeno natural que afecta a la mayor de las Antillas.
En Cuba, la fase más activa de la temporada ocurre desde mediados de agosto hasta la tercera decena de octubre, mes que de manera histórica representa el de mayor peligro de azote directo a la isla.
El huracán más devastador que sufrió Cuba en los últimos años fue "Sandy", en octubre de 2012, que azotó el oriente de la ínsula y ocasionó 11 muertos y daños millonarios en viviendas, cultivos, redes eléctricas y de comunicaciones.
Algunos meteorólogos opinan que la presencia del Polvo del Sahara es un factor adverso al desarrollo de la actividad ciclónica en la cuenca del Atlántico.
Según Eugenio Mojena, del Insmet, las nubes de polvo en su avance sobre el océano conforman una masa de aire caliente y seca con bajos valores de humedad relativa, disminuyen la temperatura superficial del mar e incrementan la cizalladura vertical del viento.