Por Sylvia B. Zárate

BOGOTA, 23 may (Xinhua) -- Luego de dos años y cinco meses de iniciado el proceso de paz entre el Gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC, los diálogos se ven hoy amenazados por una serie de hechos violentos que dejan 11 soldados y 36 guerrilleros muertos en menos de dos meses.

A pesar de haber anunciado un cese al fuego unilateral el pasado 20 de diciembre, miembros de las FARC atacaron el 15 de abril a una tropa del Ejército en el municipio de Buenos Aires, departamento del Cauca, en donde perdieron la vida 11 uniformados.

Este hecho despertó la indignación del país y agudizó las críticas de los opositores del Gobierno quienes reclamaron al presidente Santos ordenar una suspensión inmediata de los diálogos de paz en la mesa de La Habana.

Santos insistió en que no desistiría en su propósito de buscar la paz para su país por lo que no suspendió los diálogos, pero sí ordenó reactivar los bombardeos a los campamentos de las FARC, que había suspendido el 10 de marzo como respuesta al gesto humanitario de las FARC de detener el fuego.

Como resultado de esta orden, la Fuerza Aérea Colombiana realizó un bombardeo en Guapi, Cauca, el pasado jueves sobre un campamento de una columna guerrillera a la que se le atribuye el asesinato de 3 policías en la Isla de Gorgona en noviembre de 2014 y de la masacre de los 11 militares en Cauca.

Inmediatamente, los jefes de la guerrilla de las FARC repudiaron el bombardeo que calificaron de "asesinato" y anunciaron que por la incoherencia del presidente Santos se veían obligados a levantar la orden de cese al fuego unilateral.

"Nos duelen por igual las muertes de guerrilleros y soldados, hijos de un mismo pueblo y procedentes de familias pobres. Debemos parar este desangre", señaló en un comunicado el grupo armado, añadiendo que seguirán dialogando y buscando un cese bilateral al fuego en medio de las confrontaciones.

El presidente Santos por su parte, en alocución televisada señaló que aunque la muerte de cualquier colombiano es dolorosa, estos bombardeos hacen parte de las labores de la fuerza pública a la cual felicitó por su compromiso y valentía.

"Esta es un acción legítima del Estado en defensa y protección de la ciudadanía, estas son las reglas de juego que hemos establecido. En la tarde de ayer hubo intensos combates. Yo ordené reactivar los bombardeos después del incumplimiento de las FARC del cese al fuego unilateral e indefinido y lo anuncié públicamente", precisó.

"Y a pesar de tratarse del enemigo en esta guerra, también nos debe conmover a todos el dolor de las familias de los guerrilleros muertos. Somos todos hijos de una misma Nación (...) esta es la guerra que quiero terminar. La guerra que hemos tenido en Colombia por más de cincuenta años de violencia, de muertes, de sufrimiento. La mayoría de los colombianos aplaude este golpe a la guerrilla. Y todos reconocemos el trabajo de nuestros soldados y de nuestros policías por la misión cumplida", añadió.

Este sábado en otra operación conjunta, 10 guerrilleros fueron abatidos en el departamento de Antioquia y otros dos resultaron heridos mientras analistas del conflicto señalaron que de intensificarse los enfrentamientos, ataques y retaliaciones, son diez los departamentos del país que quedarán en alto riesgo.

Las reacciones de la sociedad civil ante esta crisis no se hicieron esperar. En Bogotá, líderes sindicales, políticos y estudiantes realizaron un plantón para manifestar su deseo de que el proceso de paz no sufra nuevos reveses.

El congresista del partido opositor Polo Democrático, Alirio Uribe, quien asistió al plantón, dijo a Xinhua que estas fases críticas son las que miden la seriedad de un proceso complejo y se mostró optimista frente los siguientes pasos que den las dos partes que participan de las conversaciones.

"Invitaría a que el gobierno y las FARC se serenen y que las FARC no se dejen provocar y mantengan el cese unilateral y que el gobierno también avance en algunas líneas para el desescalonamiento del conflicto y creo que hoy llegó la hora de movilizarnos como nunca por la paz de este país, para exigir que pare la guerra y que no muera ningún soldado, ni un policía, ni un guerrillero, ni un civil más en el conflicto armado de Colombia", expresó.

Por su parte la ONU manifestó su preocupación por el reciente escalonamiento del conflicto y recordó que durante el proceso de paz se ha generado una reducción tangible en la pérdida de vidas, subrayando que durante el cese al fuego de las FARC que duró cinco meses, se redujeron los combates en un 66% y las muertes de militares en un 47%.

Durante la misma jornada el presidente Santos aseguró que la fuerza pública de su país está preparada para enfrentar la reanudación de las hostilidades de las FARC y que todas las acciones del Gobierno tanto en La Habana como en Colombia, están dirigidas a terminar lo más pronto posible con la guerra interna que deja más de 6 millones de víctimas en 50 años.

"Que nadie se llame a engaños. Con la misma firmeza y decisión que hemos emprendido unas conversaciones de paz que permitan poner fin al conflicto que nos azota hace tantas décadas, con esa misma firmeza seguiremos combatiendo sin tregua ni cuartel todas las formas de criminalidad en todos los rincones del país (...) señor ministro, señores generales: esta ha sido, esta es y esta seguirá siendo la orden: No bajar la guardia", dijo.

La Defensoría del Pueblo, advirtió en las últimas horas que los departamentos que estarían en riesgo por la decisión de las FARC d elevantar el cese unilateral al fuego son Antioquia, Cauca, Chocó, Arauca, Putumayo, Huila, Nariño, Meta, Caquetá y Valle del Cauca.

"Se vislumbra un escenario de riesgo por posibles ataques contra la Fuerza Pública, con eventuales efectos indiscriminados por la población civil, resulta necesario mitigar el impacto de la confrontación, de tal manera que se garantice la protección de los ciudadanos y se respeten las normas del Derecho Internacional Humanitario", dijo Jorge Armando Otálora, defensor del pueblo.