La mayoría de las dependencias oficiales instó a sus trabajadores a presentarse, ya que el paro de actividades fue considerado "una medida política" de gremios opositores.
En otros casos, las oficinas privadas permitieron a sus empleados trabajar desde casa y otras les propusieron salir a la calle y conseguir algún taxi, gasto que luego reembolsarán los jefes.
Teresa del Cerro se desempeña en una zapatería sobre la avenida Alvear, en el barrio de La Recoleta, una zona que los turistas dicen les recuerda a París, Francia.
"Llegué antes de las 10:00 de la mañana (13:00 GMT). Mis jefes me pagaron el taxi para venir, y ya me dijeron que me pagarán mañana (miércoles) el que tome esta noche para volver a casa", añadió.
Gran parte de los comercios debió cerrar, en algunos casos porque sus empleados no pudieron trasladarse y en otros, por temor a eventuales "represalias" gremiales.
El comercio, a nivel nacional, perderá unos 2.119 millones de pesos (238 millones de dólares) a raíz de la huelga, según cálculos de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).