SAN SALVADOR, 24 mar (Xinhua) -- El presidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, participó hoy en un acto religioso para conmemorar el 35 aniversario del magnicidio del líder religioso Oscar Romero, quien es un símbolo para los más pobres en este país centroamericano.

Sánchez Cerén aseguró que "la vida y obra de Romero sigue viva en su pueblo", y que por más que "quisieron manchar su imagen", su figura continúa como una luz que guía al país.

"El país ahora tiene una luz permanente, no solo tenemos un beato, sino que tenemos un santo, San Romero de América", dijo el mandatario.

"Tenemos que ver hacia adelante, la obra de monseñor Romero está comprometida con los más humildes porque es hipocresía no luchar para terminar con las injusticias", declaró el jefe de Estado.

Romero, quien fue asesinado el 24 de marzo de 1980 por un francotirador pagado por la extrema derecha, era conocido como un religioso que abogó por defender los derechos de los campesinos que eran perseguidos por el régimen en turno.

Los discursos de Romero llamando a la paz y la reconciliación fueron un detonante para la extrema derecha que prefirió silenciar al religioso, quien 35 años más tarde será convertido en mártir por la iglesia católica.

Alrededor de dos mil personas caminaron este martes por las calles de San Salvador para dirigirse a la plaza del Salvador del Mundo, donde en mayo será realizada la ceremonia oficial de beatificación de Romero.