Por Luis Alberto Sierra G.
PANAMA, 11 feb (Xinhua) -- La migración laboral pone a prueba el alcance de la integración entre los países de América, aseguraron expertos de diversos organismos internacionales reunidos hoy en Ciudad de Panamá.
Los países enfrentan ahora diferentes flujos que no tienen sólo como destino Estados Unidos, por tanto requieren una visión conjunta para que el tema pueda ser visto como una oportunidad y no una amenaza, coincidieron los especialistas.
El foro se llevó a cabo este miércoles en un hotel de la capital panameña con la participación de represtantes de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), del Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (Mitradel) de Panamá y de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo.
El ministro panameño de Desarrollo Laboral, Luis Ernesto Carles, puso "el dedo en la llaga" al reconocer la importancia de tener una visión en conjunto que pueda ser considerada en el análisis que se hará sobre el tema durante la Cumbre de las Américas prevista para los próximos 10 y 11 de abril en el Centro de Convenciones Atlapa de la capital panameña.
Desde la perspectiva del funcionario del país anfitrión, es preciso en el caso de Panamá tender a la formalización de los trabajadores migrantes, que paguen al fisco y que puedan tener acceso a la seguridad social, como una forma de no contribuir a la pobreza ni a la existencia de trabajos precarios.
Según Carles, en Panamá existen unos 400.000 trabajadores informales, dentro de los cuales se estima que hay entre 25.000 y 30.000 trabajadores extranjeros.
El ministro señaló que la informalidad puede ser un medio para establecer la competencia desleal, al pagar el empleador, por ejemplo, menores salarios e incumplir derechos como el descanso obligatorio.
De igual forma resaltó la importancia de darle visibilidad al tema en el análisis previsto con motivo de la próxima Cumbre de las Américas, al considerar que nos es posible lograr una "prosperidad con equidad" sin abordar el tema de la migración laboral, ya que existen unos 232 millones de migrantes en el mundo.
Lo que pretende el gobierno del presidente panameño Juan Carlos Varela es poder contar con una política estratégica de migración laboral, la cual pueda establecer igualdad de condiciones y sin explotación laboral, indicó Carles.
Por su parte el director de la oficina subregional de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para Centroamérica, Haití y República Dominicana, Virgilio Levaggi, consideró esencial evitar la explotación laboral de la gente cuando tiene que ir otro país a trabajar.
Mencionó como ejemplo de lo que se quiere evitar lo que ha ocurrido con personas que salieron de Haití y que han circulado por Centroamérica y Sudamérica.
Levaggi observó que la migración no puede ser vista sólo con la cara desagradable, con la visión negativa, ya que en América Latina tiene que ver también con la llegada de personas que contribuyen al crecimiento económico.
"La migración laboral tiene aspectos positivos y los gobiernos, los empleadores y los trabajadores pueden ayudar a que los aspectos positivos se potencien", agregó.
El representante de la OIT admitiió que existe la xenofobia como una actitud cultural, ya que América Latina todos tienen el mismo origen, la misma tradición y la misma lengua.
Levaggi acotó que se debe tener en cuenta de todas formas que en el mundo se vive integrado y se busca integrar.
Coincidió con Carles al señalar que no se debe permitir que la fuerza laboral en el mundo se instale en la informalidad.
Existe un movimiento migratorio claro desde el triángulo norte hacia Costa Rica y hacia Panamá, por lo tanto se debe entender que un país puede ahora ser el que origina migración, en tránsito y la recibe, o las tres posibilidades simultáneamente, explicó.
Consideró que la mejor política migratoria es la creación de mejores empleos en los respectivos países.
Levaggi reconoció que en Centroamérica hay una preocupación clara sobre la necesidad de mejores condiciones de trabajo.
Destacó que la OIT acaba de firmar un acuerdo con el SICA (Sistema de la Integración Centroamericana) y con el consejo de ministros de Trabajo de ese mecanismo, para contribuir a una migración regulada.
Observó que el problema es que no se debe tratar el tema migratorio sólo como un tema de seguridad, ya que la gente emigra ahora básicamente por un trabajo.
Recordó que existen acuerdos sobre seguridad social como parte de las integraciones iberoamericana, de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y del Mercado Común del Sur (Mercosur), además que del Caricom (Comunidad del Caribe) y reconoció que falta desarrollar esa dimensión.
Levaggi resaltó la necesidad de que los países del SICA se pongan de acuerdo no en un acuerdo jurídico, sino también en cuanto a las políticas comunes.
De igual forma valoró la importancia de perfeccionar los acuerdos bilaterales e intrarregionales sobre la materia que existen, debido a que la emigración de hace 20 años no es la misma de ahora.
El director de la oficina subregional de la OIT pidió tomar en cuenta el caso de niños de un país que van a recoger café a otro, sin que ese sea un trabajo que beneficie a esos pequeños ni al país.
Destacó la decisión del gobierno de Panamá de incluir el tema de la migración laboral, en lo que podría ser el documento final de la próxima Cumbre de las Américas.
El secretario de Estado de los despachos de Trabajo y Seguridad Social de Honduras, Carlos Madero, consideró importante garantizar que los procesos de migración laboral sean ordenados para garantizar condiciones de trabajo dignas, trabajos decentes y el respeto de los derechos humanos.
Destacó la existencia de un plan de alianza para la prosperidad propuesto al gobierno de Estados Unidos, al tener en cuenta la fuerte emigración irregular hacia Guatemala, El Salvador y Honduras, países del triángulo norte.
Madero recordó que un tema importante ha sido la inmigración de niños a Estados Unidos, al calcular en más de un millón de personas la población de emigrantes de Honduras, 90 por ciento de estas hacia Estados Unidos.
El Plan de Alianza comprende una solicitud de ayuda del orden de los 1.000 millones de dólares, para generar empleos y ayudar a controlar la emigración, sobre todo a los países del norte.
El director regional para Centroamérica, Norteamérica y el Caribe de la OMI, Marcelo Pisani, consideró compleja la situación migratoria en Centroamérica, en un contexto en el que muchas personas buscan oportunidades en Panamá.
Añadió que la Cumbre de las Américas será una oportunidad para que 35 gobernantes de la región empiecen a trabajar en el tema de la migración laboral y a ordenar las migraciones.