SANTIAGO, 14 ene (Xinhua) -- La presidenta chilena Michelle Bachelet afirmó hoy que el país tendrá un sistema electoral más democrático, tras el cambio del sistema binominal aprobado este miércoles por el Congreso.
Se trata sin duda de "un avance enorme", dijo Bachelet al explicar que el sistema binominal será sustituido por otro que permita una mejor representatividad y tener más y mejores ideas en el Congreso.
El sistema electoral binominal, vigente desde 1990, se caracteriza por incentivar el bipartidismo, ya que quienes aspiran a entrar en el Congreso deben pertenecer a uno de los dos grandes bloques políticos (la Alianza de centroderecha o la gobernante Nueva Mayoría), con lo cual quedan fuera los candidatos de los pequeños partidos.
Sin embargo, el senador de la derechista y opositora Unión Demócrata Independiente (UDI), Hernán Larraín, anunció que su partido recurrirá ante el Tribunal Constitucional para que la instancia se pronuncie sobre la legalidad del proyecto que está a un paso de convertirse en ley.
Según Larraín, "el proyecto no solamente es injusto, sino que es constitucionalmente inadmisible".
La UDI busca objetar la nueva distribución de los escaños parlamentarios, al argumentar que produce una "violación a la igualdad del voto", además de que el nuevo sistema implica un mayor gasto para el Estado.
Desde 1990, cuando finalizó el régimen militar y retornó la democracia a Chile, las fuerzas de centro-izquierda intentaron en varias ocasiones realizar cambios al sistema electoral, pero ningún proyecto tuvo posibilidades de convertirse en ley como el que aprobó este miércoles el Senado.
De acuerdo con el gobierno, el nuevo modelo electoral será "proporcional moderado" y contribuirá a perfeccionar la democracia chilena.
El ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, dijo "no sólo me siento orgulloso como chileno, como ministro del gobierno de la presidenta Michelle Bachelet, sino que como ciudadano, de haber sido parte de una jornada histórica que va a quedar grabada y inicia un nuevo proceso en la democracia chilena".
En su opinión, el fin del sistema electoral binominal permite dar un salto a la democracia de Chile, al terminar después de 25 años con un sistema electoral único en el mundo que hizo mucho daño a la democracia del país,
Peñailillo agregó que el nuevo sistema se aplicará en las próximas elecciones legislativas de 2017.
Recordó que el nuevo marco electoral "abre las puertas a nuevas fuerzas políticas y, lo más importante, marca una mayoría clara que se expresa y no un sistema que tiende al empate y que frustra a la ciudadanía como era el binominal".
Por su parte, el presidente de la Cámara de Diputados, Aldo Cornejo, consideró que no debe existir algún inconveniente para despachar el proyecto de ley el próximo 20 de enero, toda vez que, en relación a lo aprobado por el Senado, no hay nada que pueda generar controversia.
En la práctica, el sistema binominal establece la elección de dos escaños en cada circunscripción.
Para que una coalición obtenga un escaño necesita el 33,4 por ciento de los votos y, para lograr un segundo escaño, esa fuerza debe reunir el 66,8 por ciento, cifra difícil de obtener.
Por eso, cada coalición suele lograr un escaño, con lo cual quedan fuera terceras fuerzas y también candidatos de una de las dos coaliciones con mucho apoyo, pero que no alcanzan el 33 por ciento.
Es histórico el caso de la líder comunista Gladys Marín, quien se postuló como independiente al Senado y obtuvo la mayoría de los votos en un distrito de Santiago, pero a causa del binominal no pudo ser electa.
Con la reforma aprobada este miércoles se pone fin al "poco democrático" sistema binominal, en donde "dos es igual a uno".
Con el nuevo proyecto se eligen de tres a ocho diputados por distrito, y de dos a cinco senadores por región, de modo que se posibilita que candidatos de los pequeños partidos e independientes puedan tener acceso al Congreso y que los ciudadanos puedan votar por diferentes alternativas y éstas tengan voz en el Congreso.
La reforma electoral incluye que en el futuro se elegirán 155 miembros de la Cámara de Diputados y habrá 28 distritos electorales.
Se cambia la composición de Senado, que tendrá 50 senadores y, para su elección, cada región constituirá una circunscripción senatorial.
Para los candidatos independientes, se plantea que sus postulaciones requerirán de "un número de ciudadanos igual o superior al 0,5 por ciento de los que hubieran sufragado en la circunscripción o en el distrito respectivo, en la anterior elección periódica, según el escrutinio general realizado por el Tribunal de Elecciones.
Con el fin del sistema binominal, el gobierno de Bachelet se anota otro triunfo en sus proyectos de reformas para mejorar la democracia en Chile, después de la Reforma Tributaria y la Reforma Laboral.
Entre tanto se debate en el Congreso la Reforma Educacional.