BRASILIA, 1 ene (Xinhua) -- La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, en su primer discurso ante el Congreso tras asumir su segundo mandato de cuatro años, afirmó hoy que la retoma del crecimiento a partir del ajuste de la economía será prioridad en el período que se inicia.

Rousseff inició su pronunciamiento señalando que honró "el desafío de la mujer brasileña" al haber sido la primera en acceder a la presidencia, y que las mujeres de todo el país asumen ahora el segundo mandato "junto conmigo".

Según ella, su gobierno encarna un proyecto de nación que triunfó "debido a los grandes resultados que consiguió hasta ahora", un proyecto que pertenece al pueblo brasileño, "con quien vamos a gobernar", y destacó el "extraordinario trabajo" iniciado por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), presente en la ceremonia.

"Tenemos la primera generación de brasileños que no vivenció la tragedia del hambre. Nunca tantos brasileños ascendieron a las clases medias y conquistaron tantos empleos formales. Los salarios nunca se valorizaron por tanto tiempo ni tantos brasileños tuvieron acceso a sus propias casas, la enseñanza técnica y la universidad", destacó.

Consideró que el mensaje que el pueblo brasileño mandó en las urnas "no es sólo de reconocimiento y confianza, sino también de que quiere más y mejor"

Reafirmó también que su gestión estará fundada en el respeto a la Constitución, las leyes, los derechos y libertades, una amplia libertad de expresión, y la defensa de los derechos humanos.

"En mi primer mandato, superamos la extrema pobreza, pero el fin de la miseria es sólo un comienzo. Tenemos nuevos objetivos, es hora de mejorar lo que está bueno y hacer lo que el pueblo espera de nosotros", dijo.

Apuntó que el pueblo brasileño quiere democratizar cada vez más la renta, el conocimiento y el poder, y quiere el combate a todos los tipos de crímenes, especialmente a la corrupción.

"Vamos a probar que se pueden hacer ajustes en la economía manteniendo las conquistas sociales. Es urgente y necesaria una reforma política, que es responsabilidad constitucional de esta casa pero que tiene que movilizar a toda la sociedad", subrayó.

Afirmó que su segundo mandato estará orientado por la búsqueda de la estabilidad económica, centralidad de control de la inflación y disciplina fiscal, y la recuperación de la confianza de trabajadores y empresarios.

Resaltó que Brasil es hoy la séptima economía del mundo, el segundo exportador de alimentos y el tercero de mineral de hierro, habiendo conseguido en los últimos cuatro años reducir la deuda liquida del sector público, con reservas en un nivel histórico de 375.000 millones de dólares y la tasa de desempleo más baja de la historia.

Expresó su compromiso de crear un ambiente más favorable a los negocios, un combate sin tregua a la burocracia, y al mismo tiempo el mantenimiento del empleo y la política de valorización del salario mínimo.

"Brasil precisa volver a crecer, el primer paso es ajuste de cuentas públicas y la elevación de la productividad de la economía", dijo.

"Reafirmo mi compromiso con el mantenimiento de todos los derechos laborales y previsionales", subrayó.

Adelantó que será lanzado un Programa de Aceleración del Crecimiento III y un segundo programa de inversión en logística, ampliando las iniciativas público-privadas.

La presidenta definió además el lema de su nuevo gobierno como "Brasil, patria educadora", con lo que "estamos diciendo que la educación será prioridad de las prioridades", universalizando el acceso a la enseñanza de calidad en todos los niveles.

En materia de política externa, ratificó que la prioridad de su gobierno será América del Sur, el fortalecimiento del Mercosur-Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay y Venezuela-, las relaciones con América Latina y el Caribe y los procesos de integración como la Unión Suramericana de Naciones (UNASUR).

Dará también máxima importancia a la relación con África, con los países asiáticos y con el mundo árabe.

"Con nuestros socios del BRICS (Rusia, Indica, China y Sudáfrica), avanzaremos en el comercio, la colaboración diplomática, la cooperación en Ciencia y Tecnología, y la implementación del Banco de Desarrollo de los BRICS y del acuerdo contingente de reservas", señaló.

Declaró la importancia de mejorar nuestra relación con los Estados Unidos por su importancia política y comercial, y lo mismo con la Unión Europea y Japón.

Dedicó un pasaje especial de su discurso a la crisis en la petrolera estatal Petrobras, afectada por un multimillonario esquema de corrupción, asegurando que el gobierno pretender implantar en la empresa "la mayor estructura de gobernanza y control que haya habido en el país".

"Tenemos muchos motivos para defender la Petrobras de predadores internos y enemigos externos. Por eso, vamos a investigar con rigor. Petrobras es la empresa más estratégica para Brasil, precisamos castigar a los responsables sin debilitar la empresa", señaló.

Anunció también que promoverá un gran pacto nacional contra la corrupción que involucrará a todas las esferas de poder, tanto en el nivel público como en el privado.

Rousseff terminó su pronunciamiento diciendo que el destino de Brasil es ser un país desarrollado y justo, y que estaba segura que podría vencer todas las dificultades, así como lo hacen los brasileños frente a la adversidad.

"Como dice el verso, lo imposible se hace ya, los milagros quedan para después. Viva Brasil, viva el pueblo brasileño", concluyó.