ESPECIAL: Marca 2014 transición política en Costa Rica

Actualizado 2015-01-01 17:09:08 | Spanish. xinhuanet. com

Por Javier Córdoba

SAN JOSE, 31 dic (Xinhua) -- La política electoral en Costa Rica estuvo llena de sorpresas durante el año 2014, principalmente marcado por el rompimiento del "bipartidismo" que gobernó al país los últimos 30 años.

Sólo los más optimistas en las filas del entonces candidato presidencial del Partido Acción Ciudadana (PAC), Luis Guillermo Solís, adivinaron el resultado de las elecciones del 2 de febrero, en las cuales todo apuntaba a una nueva victoria del gobernante Partido Liberación Nacional (PLN).

Sin embargo, sin ser el favorito de las encuestas, Solís llegó desde atrás para ganar la primera vuelta sobre el oficialista Johnny Araya; sin embargo, al no alcanzar el 40 por ciento necesario de los votos, obligó a una segunda ronda.

Para la segunda votación en abril de 2014, el panorama para Solís fue diametralmente distinto y se convirtió en favorito, a tal punto, que su contrincante decidió renunciar antes de tiempo para dejarle el camino libre.

Sin contrincante en la lucha, aunque sí en la papeleta, Solís se impuso el reto de obtener más de un millón de votos en un país con un padrón electoral de tres millones y en medio de un alto desencanto político.

La meta del candidato se logró al vencer con 1,3 millones de votos, cargados con la esperanza de cambio de un país que vio agotado el modelo de dos partidos que se alternaron el poder, sin mucha diferencia entre uno y otro.

El pasado 8 de mayo, Luis Guillermo Solís asumió la presidencia en Costa Rica por primera vez para el PAC, con un creciente déficit fiscal, problemas de infraestructura, falta de empleo y una enorme desconfianza hacia lo político como grandes retos.

Una huelga de educadores que se extendió durante un mes recibió al presidente antes de tomar el poder y se convirtió en el primer problema grave por atender, el cual puso a prueba las habilidades de negociación de las nuevas autoridades.

La Copa del Mundo y el buen papel de Costa Rica en esa competencia le dieron un respiro al nuevo gobierno, pero tras la fiesta, todos los ojos volvieron a caer sobre "el gobierno del cambio" y sus promesas.

Tras cumplir 100 días de mandato, Solís presentó un informe en el cual denunció algunos de los principales problemas de corrupción heredados por los gobiernos anteriores, aunque esto no convenció del todo a la ciudadanía que le sigue demandando acciones y cambios.

Promesas incumplidas, como bajar los precios de la electricidad y los combustibles, empezaron a hacer mella en la confianza de los ciudadanos hacia su presidente, que se vio enredado por no pocos problemas de comunicación con sus colaboradores.

La pérdida de empleos por empresas que salieron de Costa Rica ante los altos costos de producción y el creciente déficit fiscal tampoco colaboraron con la popularidad de Solís, para quién las exigencias siguen creciendo.

En la Asamblea Legislativa, la discusión del Presupuesto Nacional se convirtió en un verdadero pantano para el nuevo gobierno, pues uno de sus principales diputados, el fundador del PAC Ottón Solís, se convirtió en el principal opositor al crecimiento de los gastos en tiempos de crisis fiscal.

Finalmente, el gobierno logró la aprobación sin recortes de su presupuesto, gracias a una interpretación de ley que hizo el presidente legislativo, pero la discusión no favoreció en nada su imagen, pues inmediatamente se anunciaron para 2015 la discusión de nuevos impuestos.

Para cerrar el año, el presidente Solís decidió levantar este mes el veto a la Reforma Procesal Laboral, que si bien mejora las condiciones para los trabajadores del país en la resolución de sus conflictos, también generó polémica al permitir las huelgas en servicios esenciales como salud y seguridad.

El gobernante intentó solventar la crítica mediante un decreto que "reglamenta" esta reforma, lo cual aprovecharon sus enemigos políticos para señalar al gobierno como "aliado de los sindicatos".

Al final, un gobierno que cargó sobre sí la gran expectativa del cambio terminó derrumbado en la última encuesta de la Universidad de Costa Rica, donde se refleja una caída de las opiniones positivas hacia el gobierno de 39 a 30 por ciento, mientras que las desfavorables aumentaron de 19 a 34,5 por ciento.

El presidente Solís iniciará 2015 con una visita a China, de la cual se espera sacar rédito con la atracción de inversiones desde ese país, así como consolidar el liderazgo de Costa Rica en la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (Celac), cuya cumbre albergará San José en enero.

Pese a los altos y bajos, la expectativa de cambio que puso al presidente Solís al frente del gobierno en Costa Rica sigue vigente, y tendrá en 2015 las mayores pruebas para recuperar la confianza o hundirse en la decepción de su gente.

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