WASHINGTON, 11 abr (Xinhua) -- A pesar de las preocupaciones acerca de la desaceleración del crecimiento económico de China, un alto funcionario del Fondo Monetario Internacional (FMI) expresó optimismo acerca de la segunda mayor economía del mundo, diciendo que aún puede representar grandes beneficios para China y para la economía global.
"Debemos dar la bienvenida, no temer, a una desaceleración en China" debido a que la economía está avanzando de manera "más lenta pero más segura y en un camino de crecimiento más sostenible", declaró el viernes Steven Barnett, jefe de división del Departamento de Asia y Pacífico del FMI, en un debate de panel sobre crecimiento económico en Asia organizado por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.
Desde la crisis financiera global de 2008, "el modelo de crecimiento en China no ha sido sostenible" y ha dado por resultado el aumento de vulnerabilidades, incluyendo el aumento de crédito, el rápido incremento en la inversión, un sólido crecimiento en la banca sombra y en el mercado de bienes raíces, dijo Barnett.
Al reconocer el modelo de crecimiento insostenible, el gobierno chino ha tomado medidas para arreglar esas vulnerabilidades, y una desaceleración es resultado natural de este proceso, dijo Barnett.
"Tenemos un lento crecimiento de crédito, especialmente una reducción en la banca sombra, menos inversión, especialmente debido al ajuste en el mercado inmobiliario, y el fortalecimiento del manejo y la supervisión del financiamiento del gobierno local. Esas cosas indican hacia un lento crecimiento, pero también a un crecimiento más seguro", declaró el ex representante residente del FMI en China.
Barnett dijo que la tasa de crecimiento económico de China podría desacelerarse más a alrededor de 6,75 por ciento este año, comparado con el 7,4 por ciento de 2014, su más débil expansión desde 1990, pero indicando que China tiene "considerables amortiguadores" para manejar este proceso de desaceleración del crecimiento.
China proyectó una agenda de reforma integral en la tercera plenaria del XVIII Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) a finales de 2013, la cual ayudará a transformar la economía hacia un modelo de crecimiento "más sostenible, más incluyente y más amigable con el medio ambiente", señaló.
Barnett dijo que China ha hacho un gran progreso en las reformas económicas a lo largo del año pasado, pero "se requiere trabajar más", en referencia a las reformas en el sector financiero y las empresas propiedad del Estado, como dos de las prioridades.
En el aspecto financiero, China necesita terminar la liberalización de las tasas de interés, introducir una tasa de interés política, y mediar en las garantías implícitas entre ahorradores, intermediarios y prestatarios, dijo, al indicar que remover las garantías implícitas es muy importante para mejorar la asignación de créditos y recursos.
En términos de reformas de empresas estatales, Barnett indicó que China debe "nivelar la base de juego para asegurar la posibilidad a las firmas del dinámico sector privado para competir crecer y crear empleos, especialmente en los sectores de servicios".
En una revisión, Barnett dijo que el éxito económico de China refleja la disposición de China para emprender audaces reformas en coyunturas críticas, citando los ejemplos de las reformas de empresas estatales en la década de 1990 y el ingreso a la Organización Mundial de Comercio (OMC) en 2001, lo cual pavimentará el camino para el sólido crecimiento de China a principios y mediados de la década del 2000.
"Lo que ahora necesitamos es otra ola de un tipo similar de reformas, en esta ocasión en el sector de servicios", comentó.
Dado el tamaño de China en la economía global, Barnett mencionó que todo el mundo se beneficiará de un crecimiento más equilibrado y sostenible en China y de un mercado chino en expansión.
"Un crecimiento más lento en China hoy, como parte del avance hacia un camino de crecimiento más sostenible, significa un ingreso mucho mayor en el futuro", afirmó, y agregó que China ha contribuido en más de una cuarta parte al crecimiento global desde la crisis financiera mundial.
Adam Posen, presidente del Instituto Peterson de Economía Internacional, hizo eco de esa opinión, al decir que el reequilibrio de la economía de China hacia un crecimiento impulsado por la demanda interna, significa más importaciones en Asia, el impulso de la cadena de valor y más inversiones en la región.