TAIYUAN, 2 ene (Xinhua) -- La mayor instalación mundial de generación eléctrica con gas metano sobrante procedente de minas de carbón se ha completado en la provincia septentrional china de Shanxi, segunda mayor productora de carbón de China.
El propietario de la instalación, el grupo Lu'an, anunció el martes que las operaciones comenzarían pronto en la mina de carbón Gaohe con una capacidad de generación de 30 megavatios, permitiendo la utilización del 99 por ciento del gas metano producido por la mina de carbón.
El gas, venenoso, es una emisión común en las actividades mineras bajo tierra. Normalmente, las minas licuan el gas convirtiéndolo en metanol cuando la concentración de metano supera el 30 por ciento. Cuando la concentración oscila entre el 10 y el 20 por ciento se captura y se usa como combustible para los motores de combustión interna.
Sin embargo, el gas metano con una concentración inferior al 10 por ciento, que supone el 81 por ciento del total que producen las actividades mineras, no se puede consumir a través de combustión directa.
Jia Jian, subjefe del Instituto de Investigación de Gas Metano de la empresa, afirmó que la nueva tecnología ha ayudado a resolver el problema de cómo aprovechar al máximo el gas residual.
Según el experto, el proyecto puede descomponer el gas en dióxido de carbono y agua a temperaturas superiores a 950 grados centígrados y utilizar el calor y el vapor para generar electricidad.
A través de la recuperación y utilización del gas, el proyecto contribuye a reducir en 1,4 millones de toneladas las emisiones de efecto invernadero y a producir 200 millones de kilovatios/hora de electricidad cada año, agregó Jia.
Las minas de carbón de China producen anualmente más de 10.000 millones de metros cúbicos de gas metano de baja concentración, lo que genera emisiones de gases de efecto invernadero equivalentes a 200 millones de toneladas de dióxido de carbono.
Las instalaciones de demostración del proyecto en la mina de carbón Gaohe han hecho que varias compañías de minería de carbón hayan expresado su interés y firmado acuerdos que reducirán en 15,8 millones de toneladas las emisiones de dióxido de carbono.
Los esfuerzos gubernamentales en la lucha contra dichas emisiones han aumentado en gran medida la presión sobre las empresas carboneras.
China ha establecido la ambiciosa meta de reducir las emisiones de dióxido de carbono por unidad de producto interno bruto (PIB) en entre el 40 y el 45 por ciento sobre el nivel registrado en 2005.
En 2013, las emisiones de dióxido de carbono por unidad de PIB habían caído un 28,56 por ciento frente a 2005. Durante los primeros tres trimestres del año pasado, el consumo de energía por unidad de PIB bajó un 4,6 por ciento en comparación con el año anterior y las emisiones un 5 por ciento.