Por Eloyza Guardia

RIO DE JANEIRO, 6 jul (Xinhua) -- Brasil esperó 64 años para rehabilitarse en casa de la derrota ante Uruguay en la final del Mundial de 1950. Durante este período, conquistó cinco títulos y se convirtió en la gran potencia del fútbol, pero todo se acabó el 8 de julio de 2014, cuando la selección fue goleada 7-1 por Alemania en semifinales del torneo.

Si, en 1950, el subcampeonato logrado por Brasil que, en aquel entonces no estaba considerado entre los "grandes", tuvo el impacto de una catástrofe -el Maracanazo- en 2014, la peor derrota de la historia de la "canarinha" explotó como una bomba en el Estadio Mineirao de Belo Horizonte y simultáneamente en todo el mundo.

Como había ocurrido hace 64 años, tras el "Mineirazo", se empezó inmediatamente a buscar los culpados, días después de la final de la Copa 2014, la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) "aceptó la renuncia" del técnico Luiz Felipe Scolari y del coordinador de la selección Carlos Alberto Parreira.

Luego, la CBF nombró al ex jugador y hasta entonces agente de jugadores, Gilmar Rinaldi como coordinador y promovió el regreso de Carlos Verri "Dunga" al comando de la "verdeamarela", cuatro años después de su destitución tras la eliminación brasileña en Sudáfrica 2010.

Sin embargo, Brasil completará el miércoles un año del "Mineirazo" sin haber realizado un cambio capaz de demostrar que la "selecao" ha encontrado un camino para rehabilitarse ante su hinchada y el mundo futbolístico en general, que ha dejado de respetar a los pentacampeones.

El inicio de la "nueva era Dunga" pareció indicar que la selección había encontrado un camino. Bajo su mando, la "canarinha" tuvo un saldo de diez victorias en igual número de partidos amistosos, anotando 21 goles y sufriendo apenas dos.

Sin embargo, las cosas salieron del control en la Copa América de Chile 2015. Tras debutar con una victoria por 2-1 ante Perú, Brasil cayó ante Colombia (1-0) en un duelo en el que el peor fue la pérdida de su principal astro, Neymar, sancionado con cuatro partidos de suspensión.

No se puede afirmar que la ausencia de Neymar llevó a la eliminación de Brasil, puesto que él estaba en campo en la derrota ante Colombia. Sin el delantero del Barcelona, la selección venció a Venezuela y cayó ante Paraguay en la tanda de penales.

Una vez más, se buscaron culpados por el nuevo fracaso pero esta vez, hubo un consenso sobre la necesidad de recuperar el fútbol brasileño como un todo.

Además de confirmar Dunga en el cargo, la CBF anunció la semana pasada la creación de un Consejo de Desarrollo Estratégico "con el objetivo de diagnosticar el cuadro actual del fútbol brasileño y crear un plan de acción" para mejorar el fútbol nacional.

El "paquete" de medidas incluye escuchar la opinión de todos los ex seleccionadores de Brasil, de entrenadores extranjeros y de los clubes locales, además de ex campeones mundiales y periodistas deportivos.

Sin embargo, las soluciones que serán presentadas por el Consejo no resolverán a corto plazo y Brasil empezará en octubre a enfrentar su principal desafío para los próximos años: las eliminatorias sudamericanas al Mundial de Rusia 2018.

Hay un consenso de que la "verdeamarela" tendrá que presentar un nivel muy por encima del mostrado en la recién concluida Copa América para no correr el riesgo de batir otro récord: quedar fuera de un Mundial por primera vez en su centenaria historia.