En aquel tiempo se practicaba todas las noches el toque de queda en la capital excepto los días 14, 15 y 16 de enero, cuando se permitía a los habitantes salir por la noche.
A principios de la dinastía Tang (618-907), la Fiesta de Faroles se convirtió en una fiesta oficial de tres días de duración, gracias a la prosperidad económica, cultural y social del país. En esta época, los emperadores y sus familiares también salían para disfrutar de la fiesta, que cada año más de cien poetas realizaban composiciones para la ocasión.
En la dinastía Song (960-1127), cuando los chinos lograron grandes éxitos en la ciencia y tecnología, como la invención de la pólvora, la brújula y la manera de imprimir, el festival se prolongó a cinco días y las actividades festivas comenzaron a extenderse a más regiones del país.
El vidrio coloreado y jade fueron ulitizados en los faroles, que exhibían pinturas de personajes de las leyendas chinas.
A partir de Song, las celebraciones se diversificaron e incluyeron canciones, danzas, marionetas, entre otras representaciones folklóricas. La mayor celebración tuvo lugar en el siglo XV, en la dinastía Ming (1368-1644), cuando la fiesta duraba diez días.