SANTIAGO, 25 may (Xinhua) -- En las últimas décadas, China, junto con las demás economías emergentes de Asia, se ha convertido en un factor clave para entender la evolución y las perspectivas del proceso de globalización.
Así lo afirma el documento "América Latina y China: Hacia una nueva era de cooperación económica", editado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), con ocasión de la visita que actualmente realiza a la región el primer ministro chino, Li Keqiang.
En el prólogo del texto, al que tuvo acceso Xinhua, la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, afirma que China, por su crecimiento económico, comercio internacional, inversión extranjera directa e innovación tecnológica y su papel como fuente de financiamiento internacional, "está modificando aceleradamente el mapa de la economía mundial".
Explica que el país asiático "está potenciando los vínculos entre las economías en desarrollo y contribuyendo a un ciclo inédito de crecimiento, comercio, inversión, reducción de la pobreza y avances en la internacionalización de las economías emergentes".
Por ello, asegura Bárcena, "se está reduciendo la brecha de ingresos entre estas y los países industrializados".
También apunta que "a partir de 2012, la economía china ha registrado una moderación de su ritmo de expansión, que se espera se mantenga en los próximos años", lo cual se ha traducido en menores precios de varios de los productos básicos exportados por América Latina a ese país.
"La situación ha sido interpretada como el fin del "superciclo" de altos precios de dichos productos que prevaleció en la mayor parte del período comprendido entre 2003 y 2011", añade, recordando que China cambiará su modelo económico para dar mayor peso al consumo interno y menor a las exportaciones e inversión.
"Todos estos elementos plantean oportunidades y desafíos para las relaciones económicas entre América Latina y el Caribe y China, que cobrarán cada vez más relevancia en los próximos años", destaca la ejecutiva de la CEPAL.
El documento resume los cinco hitos de China en sus vínculos con la región. El primero fue el Libro Blanco sobre las relaciones con América Latina, aparecido en noviembre de 2008; luego vino la propuesta de 2012, del ex primer ministro Wen Jiabao, para reforzar las relaciones políticas, económicas y de cooperación.
Un tercer hito está constituido por la propuesta de un ambicioso marco de cooperación para el período 2015-2019, conocido como "1+3+6" y presentado en julio de 2014 por el presidente Xi Jinping, en el marco de la primera Cumbre América Latina y el Caribe-China, celebrada en Brasilia.
El cuarto fue la aprobación del Plan de Cooperación 2015-2019 entre los Estados miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y China y, el último, la visita del primer ministro, Li Keqiang, a Brasil, Colombia, Perú y Chile, y su conferencia magistral en la sede de la CEPAL.
Según Bárcena, el interés de China en fortalecer los vínculos con la región ofrece "una oportunidad histórica" y pone como ejemplo la reversión de "la preocupante reprimarización exportadora", para lo cual se precisan "avances en productividad, innovación, infraestructura, logística y formación y capacitación".
"La cooperación entre la CELAC y China podría privilegiar esta renovación de la política industrial, favoreciendo el procesamiento de los recursos naturales y sus encadenamientos productivos con las manufacturas y los servicios", agrega.
Según la alta funcionaria de este organismo dependiente de la ONU, "ello contribuiría a diversificar las exportaciones de la región, elevando su contenido de conocimiento y su valor agregado".
Indica que, en la medida en que la cooperación con China ayude a cerrar las brechas de infraestructura, logística y conectividad, estimularía también el comercio intrarregional y la gestación de cadenas regionales de valor.
"La rica experiencia acumulada por nuestra región en materia de políticas sociales innovadoras, urbanización, protección medioambiental y otros ámbitos puede enriquecer las políticas que permitan abordar los grandes desafíos que China enfrenta en su camino al desarrollo", argumenta.
Para Bárcena, "es el momento propicio para dar un salto de calidad en la relación bilateral", subrayando que "el Plan de Cooperación entre la CELAC y China para el período 2015 a 2019 constituye un necesario e importante primer paso en esa dirección, al definir un marco institucional y orientaciones generales".
En este sentido, plantea que es necesario dotar a dicho plan de contenidos concretos, lo que exige definir una agenda regional concertada de prioridades, privilegiando las iniciativas plurinacionales.
Y concluye que de ese modo "se estarán sentando las bases para dotar de contenido a una futura cumbre de jefes de Estado China-América Latina y el Caribe (...)".