ENTREVISTA: China abre horizonte de ruptura del círculo vicioso del subdesarrollo en Latinoamérica, según sinólogo español

Actualizado 2015-05-24 08:50:02 | Spanish. xinhuanet. com

MADRID, 23 may (Xinhua) -- El papel que China ha desempeñado en el crecimiento de América Latina a lo largo de este siglo XXI resulta innegable y, transcurrida esa primera etapa de acercamiento, lo que el país asiático puede aportar no es sólo comercio e inversiones centrados en los recursos primarios, sino una forma de pensar y actuar diferente que abre el horizonte de ruptura del círculo vicioso del subdesarrollo.

Así lo señaló el director del Observatorio de la Política China, Xulio Ríos, en una entrevista por escrito con Xinhua en el marco de la actual gira del primer ministro chino, Li Keqiang, por Brasil, Colombia, Perú y Chile, del 18 al 26 de este mes.

Ríos indicó que en este sentido, una apuesta sincera por la diversificación y la superación de las asimetrías del presente es realizable si se da forma a esa nueva complementariedad: la conjugación de la demanda de infraestructuras de la región con las posibilidades de financiación china y su apuesta por la internacionalización de sus empresas ofrece el marco idóneo para operar un cambio en el patrón de su relación, facilitando que América Latina lleve a cabo un avance sustancial en su progreso.

Destacó que la relación China-América Latina necesita una nueva hoja de ruta con nuevos contenidos. Recorrer con China los mismos derroteros que en su día se hizo con Estados Unidos y la Unión Europea conduce a un callejón sin salida para la región, alertó.

"Ambos actores deben demostrar que otro modelo es posible. El compromiso chino con grandes proyectos de alcance como el Canal de Nicaragua o el ferrocarril transamazónico, es indicativo de la presencia de otro enfoque, más ambicioso y transformador, que puede completarse con un impulso a la industrialización de la región para generar un mayor valor agregado a sus relaciones pero igualmente a la integración regional", aseveró.

El fondo anunciado en Brasil por el premier Li para impulsar la interconexión del continente a través del tridente logística-energía eléctrica-comunicación es un buen ejemplo de lo que puede dar de sí la cooperación Sur-Sur, subrayó el sinólogo.

Ríos opinó que del lado latinoamericano se requiere también un esfuerzo singular capaz de aprehender el verdadero signo de esta oportunidad histórica.

No sólo se trata de que los respectivos gobiernos optimicen las posibilidades de generación de un nuevo desarrollo centrado en fortalecer las capacidades autóctonas y la inclusión social, sino de poner el acento en aspectos clave como la educación o la investigación y desarrollo, sin los cuales toda transformación es efímera. Esto requiere tiempo y perseverancia, advirtió Ríos.

Por otra parte, argumentó, China debiera tener muy en cuenta las experiencias regionales, traumáticas tantas veces, con la exaltación del papel del mercado confundida en numerosas ocasiones con las alabanzas al neoliberalismo. A su juicio, una apuesta común por el pragmatismo y por la combinación equilibrada del sector privado, la sociedad y los gobiernos, no quiere decir necesariamente inhibición ideológica ni tampoco ausencia de compromisos políticos, sociales o ambientales.

En este sentido, explicó que los tiempos a uno y otro lado son distintos y las rutas de la apertura en cada caso parten de orígenes diametralmente opuestos, lo cual conviene no perder de vista. Esto misma explica, en parte, las muchas reticencias existentes con los tratados de libre comercio en la región, a menudo fundadas, una fórmula que por el contrario goza en China de mucho predicamento, señaló Ríos.

En el orden estratégico, China puede encontrar en América Latina un socio clave para instar una nueva gobernanza global. Esa asociación, sustentada en una cooperación económica cualitativamente enriquecedora para ambas partes, dispondría de sólidos y duraderos fundamentos.

El experto señaló que el modelo que ha permitido llegar hasta aquí es inestable, por lo que defendió que el Foro China-Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) puede blindar los intereses comunes vertebrando una unidad de criterio y de acción que equilibre las hegemonías tradicionales, promoviendo no sólo alternancias sino también alternativas.

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