Victoria Arguello
CARACAS, 7 ene (Xinhua) -- El año 2015 comienza con un evento que evidencia el auge de una nueva correlación de fuerzas a nivel geopolítico: la primera reunión ministerial del Foro China-CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños).
El encuentro ministerial se llevará a cabo el 8 y 9 de enero en Beijing, China, con la participación de cancilleres u otros funcionarios de al menos 30 países y representantes de organizaciones regionales.
En julio de 2014, el presidente chino, Xi Jinping, realizó una gira por diversos países de América Latina, con los cuales se concertaron acuerdos importantes para el impulso económico del bloque regional, y la realización de esta cita.
El auge de China en el ámbito económico, comercial y financiero se ha caracterizado por la estrechez de las relaciones con las naciones latinoamericanas, un vínculo rubricado por un intercambio comercial superior a 260.000 millones de dólares, solo durante 2013.
Ejemplo de ello, es la cercanía de China con Venezuela, regida por convenios superiores a 19.000 millones de dólares anuales, los cuales se traducen en más de 445 proyectos en diversas áreas. Entre ellos, destacan los fondos financieros, negocios en el ámbito petrolero y minero y obras de infraestructuras de gran magnitud.
En el caso de Argentina, China suscribió un crédito por unos 4.800 millones de dólares para la compra y fabricación de trenes en el país sudamericano, explicó a Xinhua el politólogo argentino Juan Manuel Karg.
Entre otras medidas asumidas por los gobiernos de Argentina y China está el proyecto "Swap" o canje de monedas, asumido en julio pasado, por un monto de 11.000 millones dólares, lo cual a juicio de Karg permite proteger a Argentina del asedio de sectores especulativos internacionales, como lo son los "fondos buitres".
Respecto a Ecuador, resalta la aprobación reciente de Beijing a Quito de 5.200 millones de dólares para invertir en proyectos de infraestructuras, tecnología y educación. Ambas naciones acordaron también la supresión mutua de los visados de turismo.
En Centroamérica por su parte, Costa Rica y China rompen con la lejanía diplomática y no se conforman solo con el establecimiento de relaciones en 2007, o la firma del Tratado de Libre Comercio en 2010.
Los presidentes Xi Jinping y Luis Guillermo Solís concretaron el 6 de enero una asociación estratégica y el impulso de un plan de acción conjunto 2016-2020 para diversas áreas, en el marco de la visita del líder centroamericano a China.
De acuerdo con el analista cubano Ernesto Wong, la repotenciación de la zona franca que involucra al Puerto de Mariel, en el norte de La Habana, posibilitará que Cuba aumente la oferta de servicios y productos farmacéuticos y médicos en China.
"Para Cuba es muy rentable porque es una población de 1.300 millones de personas", con gran capacidad para ofrecer servicios y potencial de desarrollo, indicó Wong a Xinhua.
El experto mencionó la línea de créditos concedidos por Beijing a la mayor de las Antillas, así como la materialización de 29 acuerdos bilaterales, que prevén la creación de una terminal portuaria en la ciudad de Santiago, la instalación de televisión digital y la cooperación relacionada al suministro de derivados del níquel por parte de Cuba.
"Hubo el año pasado una línea de crédito y se va a mantener y aumentar en la medida que Cuba adquiera más capacidades de pago y servicios que pueda ofrecer a China", manifestó.
El analista considera que los proyectos que se ejecutan en la región con apoyo financiero e inversiones chinas la convertirán en "un continente de paz".
Estos constituyen algunos de los elementos que pintan el nuevo panorama internacional y el papel que asumirá América Latina, dentro de las nuevas relaciones de poder y fuerza que se evidencian en el mundo.
Atrás puede quedar el viejo estigma del subdesarrollo y comienza a visibilizarse un desarrollo regional vinculado al crecimiento anual y persistente de China, el cual se ha ubicado en los últimos años entre 8 y 9 por ciento, hecho que la convierte en la segunda economía del mundo.
Esta convocatoria refleja el seguimiento que la CELAC le otorga a sus planteamientos y propuestas, más allá de las cumbres anuales. Se fortalece así como un espacio adherido y alineado a la dinámica política y económica global.